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ANALISTAS

Tan natural como ser homosexual

miércoles, 1 de octubre de 2014
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En el libro el Banquete, Platón conduce a ocho foristas de la élite griega a discutir sobre el Eros y la belleza; entre los invitados están figuras del pensamiento griego como Heráclito y Sócrates. Pero durante la comelona, indudablemente una de las intervenciones más provocadoras fue la del cómico Aristófanes, quien les explicó a los comensales el origen de la homosexualidad.

Cuenta Aristófanes que originalmente los humanos éramos criaturas dobles divididos en tres géneros, un individuo compuesto por dos hombres, otro compuesto por dos mujeres y un tercero, el andrógino, compuesto por un hombre y una mujer. Algún día, estos tres tipos de individuos le generaron una pataleta al dios Zeus quien decidió cortarlos por mitades. Desde entonces cada mitad busca su media naranja, hombre con hombre y mujer con mujer dando origen a la homosexualidad, mientras que los andróginos buscarán a alguien del sexo opuesto, los llamados heterosexuales.

Sentir atracción por individuos del mismo sexo es algo bastante natural, aunque la heterosexualidad es la norma, una pequeña pero significativa proporción de individuos (2-6%) poseen predominantemente una atracción homosexual. Es decir que en Colombia dicha población está entre uno y tres millones de habitantes, y en el mundo sería más o menos equivalente a  la población de Estados Unidos (300 millones), cifras nada despreciables.

Las evidencias científicas sugieren que la orientación sexual en humanos tiene bases biológicas y es altamente regulada a nivel molecular. Y aunque los “genes gais”, “genes lésbicos” y los “genes bisexuales” aún no han sido identificados, indudablemente la genética juega un papel en este rasgo. Por ejemplo, cuando una mujer en su estado fetal estuvo expuesta a un ambiente uterino con niveles altos de testosterona, la red génica puede experimentar cierta plasticidad que permite que tenga atracción sexual por otras mujeres. Y viceversa, los hombres que se desarrollaron en ambientes uterinos con baja presencia de la hormona testosterona tienen predisposición a sentir atracción por otros hombres. Igualmente, la homosexualidad masculina puede ser heredada vía materna, debido a variables genéticas encontradas cerca del final del cromosoma X, en una región llamada Xq28. Tal como lo señalan los investigadores Ngun y Vilain en “Advances in Genetis”, la orientación sexual está definida por una serie de redes génicas que pueden ser alteradas por factores ambientales. De manera tal que la homosexualidad, en términos biológicos se puede considerar una variación normal dentro del comportamiento humano.

Entonces, si desde la biología la homosexualidad en los humanos es algo normal y natural, ¿por qué la aversión hacía los homosexuales? Me atrevería a decir que se trata de una de las tantas aberraciones éticas infundadas por las religiones. No olvidemos que en un momento de la historia las poblaciones negras e indígenas fueron tratadas como simples salvajes, ya que no sentían dolor al carecer de alma. Tampoco olvidemos el desprecio que en la práctica y en la teoría el cristianismo ha ejercido sobre las mujeres; por ejemplo en Eclesiásticos 42:14 se puede leer “Vale más maldad de hombre que bondad de mujer”.

En Colombia son precisamente los entes religiosos más ortodoxos o altos funcionarios sobrevivientes al cretácico, como el senador Gerlein y el procurador Ordóñez, quienes se oponen a reconocer la homosexualidad como algo propio de natura. Pero afortunadamente, la ciencia al estudiar el comportamiento humano, buscando explicaciones racionales a los fenómenos naturales ha hecho más por la moral que esos camanduleros que promueven la homofobia que se ve en mucha parte de nuestra sociedad. Cambiemos y seamos respetuosos de la orientación sexual de quienes nos rodean, ayudemos a construir un país más tolerante.

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