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Analistas 27/04/2024

La droga siempre mata

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

El psicólogo Milton Sánchez, experto en salud mental y adicciones, me comentaba lo difícil que resulta para nuestros jóvenes identificar conductas adictivas y lo fácil que es para ellos adaptarse a comportamientos que les brindan placer momentáneo pero que a la larga los destruyen.

La ciencia nos ofrece datos para entender el problema de las drogas. Por ejemplo, el cerebro humano madura entre los 25 y los 30 años de edad. Esta maduración exitosa del cerebro depende fundamentalmente de diversos factores. Si el consumo de drogas interfiere con este sano desarrollo, pueden surgir problemas en la conducta, la toma de decisiones, el control de impulsos, la motivación laboral, la regulación emocional, la interacción social y la capacidad de planificación.

Un ejemplo específico del impacto de las drogas en Estados Unidos: en 2017, según el Instituto Nacional de Salud (NIH), se registraron 72,306 muertes por sobredosis de drogas. Después de los opioides, los analgésicos y la heroína, la cocaína ocupó un lugar significativo con 15.556 muertes por sobredosis en el mismo año. Esta cifra triplicó las muertes por sobredosis de cocaína entre 2008 y 2014.

En el contexto colombiano, según el Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), la marihuana es la droga más utilizada, seguida de la cocaína. Esta realidad presenta desafíos únicos debido a la presencia histórica del narcotráfico en la región y sus efectos devastadores en la sociedad. Además, el problema de las drogas es complejo debido a varios factores socioeconómicos y políticos. La producción y tráfico de drogas ilícitas, como la cocaína, han tenido un impacto profundo en la sociedad colombiana durante décadas. A pesar de los esfuerzos del gobierno para combatir el narcotráfico, Colombia sigue siendo uno de los principales productores de cocaína a nivel mundial. Esta realidad ha contribuido a una cultura de consumo interno y exportación de drogas, afectando negativamente a comunidades enteras y generando graves problemas de salud pública.

El tratamiento de la adicción es crucial y costoso. Es una enfermedad crónica sin cura definitiva, que causa sufrimiento prolongado tanto a los individuos como a sus familias. Dependiendo de la gravedad del problema, los tratamientos varían en su nivel de intensidad para ayudar a la persona a reintegrarse a una vida funcional. La prevención, en cualquier nivel, debe ser una prioridad para mitigar los efectos destructivos de las drogas.

Es urgente implementar estrategias integrales que aborden las causas subyacentes del problema de las drogas en Colombia, incluyendo la prevención, la rehabilitación y el desarrollo de oportunidades alternativas para los jóvenes en riesgo. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad internacional es fundamental para enfrentar este desafío de manera efectiva y proteger a las generaciones futuras del devastador impacto de las adicciones. No se puede seguir siendo tolerante e incluso complaciente con el consumo de cualquier droga recreacional, allí se habla del futuro de miles de jóvenes, más allá de una ideología.

Con el paso del tiempo, Milton se encontró de nuevo con la familia que mencioné al principio de este artículo. Lamentablemente, el joven del que hablábamos ya no estaba. Sus sueños se desvanecieron como consecuencia de sus malas decisiones y su lucha contra la enfermedad de la adicción.

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