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El proyecto para recuperar la navegabilidad del Río Magdalena es sin duda una de las obras de ingeniería más importantes del país y la región para este año. Es tanto así que el proyecto liderado por Cormagdalena fue galardonado como el más estratégico del año durante la premiación de Proyectos Latinoamericanos de Infraestructura 2014.
No obstante, la correcta ejecución de una megaobra tan relevante para la región y el país en los tiempos previstos requerirá no solo que los mejores esfuerzos de la experimentada Constructora Odebrecht y su aliada Valorcon, sino del compromiso de las partes por ejecutar y trabajar fuertemente en este proyecto en su totalidad, con una clara estructuración que no deje cabida a pleitos y demandas que hagan más costoso, lento e inviable el término de la iniciativa.
Garantizar esto en los tiempos previsto demandará además de una estricta vigilancia sobre el cumplimiento de los procesos, en las que se mantenga una auditoría directa de las obras pactadas que disipen además las dudas generadas en torno a que al final las obras relacionadas con la navegabilidad recibieran una única oferta, sin desconocer que en la preclasificación se presentaran nueve interesados de los cuales tres tenían todas las credenciales para el trabajo.
Este escenario, aunque no es ideal, es comprensible al ver las exigencias que tiene un programa con costo aproximado de $2,5 billones y ejecución público privada por un periodo que supera los 10 años. De su ejecución se desprende un impacto físico de 908 kilómetros desde Puerto Salgar - La Dorada hasta Barranquilla que tendrá implicaciones económicas y de inversión de palabra mayor para sectores como el minero energético a escala nacional.
Es de resaltar que en este caso la adjudicación tiene una participación en alianza con una firma colombiana, asunto en el que desde la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) hemos hecho mucho énfasis por la importancia que reviste, puesto que nos parece relevante que las firmas nacionales no aparezcan como subcontratistas sino como socios de los negocios que se realicen.
Por lo anterior, el llamado de la SCI, y seguramente de muchos otros sectores y agremiaciones, es a que esta iniciativa sea ejemplo de ejecución, ingeniería e infraestructura para el país y la región, y abra las puertas a que se sigan desarrollando tales iniciativas que pondrán a Colombia en nuevos estándares de competitividad e ingeniería a escala internacional.
