Las empresas están llamadas hoy en día a tomarse muy en serio la sostenibilidad. Hacerlo, como una parte integral del negocio, no solo es fundamental para asegurar su subsistencia, sino que se convierte en una oportunidad para generar valor dentro y fuera de la organización, innovar, atraer nuevos negocios, diferenciarse de los competidores y asegurar su futuro crecimiento.
Los desafíos del mundo actual como el cambio climático, el crecimiento de la población y el incremento de la demanda de recursos naturales en un planeta limitado, exigen una nueva forma de hacer negocios. El reto consiste en integrar de manera eficiente en su ADN: 1) prosperidad económica, 2) gestión responsable de los recursos naturales, 3) responsabilidad social, y 4) hacer las tres cosas bien. Es el modo más seguro de generar un impacto positivo y de producir valor económico.
Para ello es necesario incluir estos cuatro objetivos en un modelo de gestión que sea integral, que empiece al interior, que atraviese toda la organización, que sea medible y que llegue hasta las audiencias de interés. Es decir, fijar firmemente estos conceptos en la cultura y en el día a día del negocio, para que no correspondan a una serie de hechos aislados u ocasionales, que suelen depender de una sola área y cuyos resultados no pueden percibirse con claridad.
El apoyo decidido, real, y no cosmético del comité directivo es esencial, pero no suficiente. La clave también está en integrar a toda la organización: a quienes entregan pedidos, conducen camiones, le dan la cara al cliente, trabajan en las operaciones, hacen correr los procesos o resguardan los activos.
Generalmente para lograrlo hay que hacer verdaderos cambios al interior de la empresa. Por ejemplo, en el caso de Cemex Colombia, durante los últimos dos años, hemos experimentado no solo un cambio de visión, sino una significativa trasformación. Pasamos de querer ser la empresa más eficiente de materiales de construcción que ofrece productos de calidad y servicios confiables, a una que contribuye al desarrollo del país ofreciendo soluciones integrales de construcción que generen bienestar a la gente.
En el camino la compañía ha experimentado cambios trascendentales, en todas las áreas y a todos los niveles, que nos ha permitido estar más cerca de los clientes, brindarles una oferta de mayor valor, generar bienestar a más comunidades y robustecer la gestión responsable que hacemos de los recursos naturales. Sin embargo, aún falta mucho por hacer y el reto más importante sigue siendo consolidar ese cambio de cultura.
En el ámbito de responsabilidad social también es necesario que la empresa se dedique a lo que sabe hacer, es buena y tiene experiencia. Trazarse objetivos claros y medibles, acompañados de programas sociales que hagan parte del corazón del negocio es la mejor manera de generar valor a la empresa y a la sociedad de manera sostenible.
En Cemex nos hemos trazado como objetivo contribuir a erradicar la pobreza en Colombia. Lo estamos haciendo a través de programas de autoconstrucción para el mejoramiento o construcción de viviendas e infraestructura comunitaria. Por medio de programas como “Patrimonio Hoy” y “Bloqueras Solidarias” estamos ayudando a cambiar la vida de las personas. Al mejorar las condiciones de habitabilidad de familias en condiciones de vulnerabilidad, no solo estamos contribuyendo a llevar bienestar, sino a construir hogares dignos y con ellos a mejorar otra serie de aspectos del entorno familiar como hacinamiento, disminución de los índices de violencia intrafamiliar, posibilidad de generación de ingresos, entre otros.
