No sólo infraestructura o exención de impuestos mira hoy un empresario a la hora de hacer una inversión en una determinada ciudad. La salud ambiental se viene constituyendo, como tendencia, en uno de los factores diferenciadores que pesan en la competitividad de las urbes.
Muchas ciudades en el mundo empezaron la tarea de medir o construir la huella de carbono que deja los gases efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por los habitantes de las ciudades.
Esto no es otra cosa que ponerle cifras a la contaminación para saber qué tanta se genera y qué tanto se está contribuyendo al calentamiento global que hoy es uno de los factores del cambio climático. Pero el trabajo no es sólo medir la huella.
El objetivo es, una vez trazada, identificar cuáles son las posibles soluciones para corregir los factores generadores de contaminación y construir ciudades ambientalmente sostenibles.
Ese ejercicio lo empezó a hacer la Empresa Metropolitana de Aseo de Manizales (Emas) que en alianza con la Universidad Nacional, busca construir la huella de carbono en los mercados donde tiene presencia. Un primer paso se dio hace unos días con la realización de un seminario con el cual, según dijo el gerente de Emas, Roberto Arias, se buscó con expertos empezar a edificar la huella.
EmisionesBelinda Mathers, gerente de Certificación del programa Carbón Zero en Nueva Zelanda, señaló que lo primero es entender cuáles son las fuentes de emisión de las ciudades como el tipo de electricidad y de combustible usado, la disposición de residuos y las industrias que operan en la misma.
'Es hacer un inventario de los gases efecto invernadero que se producen por actividades desarrolladas y que incluyen CO2, metano entre otros. Eso permite entender de dónde surgen las mayores emisiones y una vez identificado, se pueden abordar para mirar cómo se reducen', dijo.
El investigador del Instituto Landcare Research y profesor de Massey University, Surinder Saggar, resalta que aunque es común hablar de carbono como gas efecto invernadero, hay otros cinco o más asociados a ello, entre los que cita el metano, óxido de nitrógeno y todos los clorofluorocarbono que son los usados para refrigerantes.
'Cada gas tiene un potencial distinto de calentamiento global. Por ejemplo, una molécula de metano equivale a 25 de CO2 y uno de refrigerantes puede ser entre 10.000 y 100.000 veces más que una molécula de CO2', agregó.
El experto en vivienda sostenible, Juan Carlos Caycedo reitera que la huella de carbono medida en una ciudad es un factor de competitividad regional porque señala la ruta de que se está utilizando bien los recursos y que es un lugar apropiado para realizar inversiones.
Metodología para bajar la contaminación
El gerente de EMAS, Roberto Arias, indicó que para el caso de Manizales lo que se busca es establecieron una metodología propia, que espera tener en diciembre, para medir la huella de carbono. 'Pudimos traer una europea, pero quisimos tener la propia para entender lo que generamos y cómo disminuir los efectos de gases invernadero', dijo. En primer término, señaló, hay que trabajar en la emisión de la industria, en el transporte y en los residuos. 'Son alrededor de 75.000 toneladas de CO2 al año que se generan y debemos reducir esa huella', dijo. Este ejercicio busca hacerlo Emas en las ciudades donde hace presencia.
