María Alejandra Ruiz Rico
Cuando se planta un árbol se impide el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera y se contribuye con la restauración ecológica. Es por esto que crece el número de empresas que han incluido en sus políticas de RSE esta iniciativa con el fin de reducir su huella de carbono, compensar daños ambientales y ofrecer la posibilidad de involucrar a voluntarios, trabajadores, clientes, proveedores y familias a proyectos de conservación y recuperación de los ecosistemas.
La Fundación Humedales Bogotá se ha unido a varias de estas empresas para llevar a cabo jornadas de siembra y plantación de árboles, a través de su programa de RSE, el cual tiene como objetivo propiciar que las empresas hagan parte del cambio ambiental de Bogotá, específicamente.
Estas jornadas de voluntariado están acompañadas de talleres y diversas actividades educativas, “las cuales logran que todos los miembros de la organización vivan una experiencia de sensibilización y trabajo colectivo, donde se consolidan lazos entre compañeros y se fortalecen los vínculos con la empresa”, explicaron.
Algunas de las actividades de responsabilidad social que tiene la Fundación para las empresas son la creación de jardines funcionales, recuperación de ecosistemas, plantación de árboles, recolección de residuos y S.O.S Tingua; este programa en particular vela por el bienestar del ave Tingua en la región.
Además del aporte medioambiental, las empresas reciben beneficios como certificados de donación, ejecución propia de impuestos y una imagen sostenible de su compañía.
Sobre el tema Brigitte Baptiste ha señalado que “con este ejemplo y otras decenas que conozco, Colombia podría sembrar y cuidar 10 millones de árboles en cinco años”.
