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Es un acuerdo de compraventa a largo plazo desde un activo concreto y a un precio prefijado entre el comprador y el desarrollador renovable
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Este tipo de renting es una opción para quienes desean tener una alternativa rentable con un impacto ambiental con el tiempo
Uno de los temas con más auge en los últimos años es el de la sostenibilidad. Buscar más vías verdes para operar se ha convertido casi que un requisito para ser competitivo en el mercado. Aunque el uso de energías limpias como los paneles solares son una opción viable a la hora de contribuir en la lucha contra el cambio climático y en la diversificación de la matriz energética, resulta ser costosa su adecuación, por lo que muchas empresas y hogares optan por seguir alimentándose de las redes de energía habitual.
Una alternativa que impulsa la integración de energías limpias y la transición energética es el renting, un contrato de alquiler que permite a las personas interesadas disponer de una fuente de energía limpia sin la necesidad de realizar una gran inversión inicial, facilitando su adopción en el mundo empresarial y del hogar.
De acuerdo con Van Corporate, firma especializada en la obtención de financiación y capital para empresas, el renting se convierte en un modelo de financiación que, a cambio de una cuota mensual, las compañías pueden disponer de las ventajas de la energía renovable.
Además de los costos iniciales bajos que provee, esta alternativa ofrece un notable ahorro en las facturas de energía. Generalmente, se alquila a largo plazo a empresas o particulares que deseen reemplazar su sistema energético.
La mayoría de las veces, una de las ventajas que trae, es que la empresa que ofrece el servicio de renting se encargará del mantenimiento, las reparaciones de las placas, así como de su instalación y desinstalación, siempre que el contrato tenga vigencia.
La modalidad es la del alquiler de la energía limpia a través de un contrato PPA, un acuerdo de compraventa a largo plazo desde un activo concreto y a un precio prefijado entre el comprador y el desarrollador renovable. David Gaviria, miembro del equipo comercial de Celsia, empresa de energía del Grupo Argos, señaló que el modelo PPA se basa en la venta de energía a una tarifa diferencial.
“Celsia está a cargo de toda la inversión en la construcción, operación y mantenimiento de los sistemas fotovoltaicos y el cliente básicamente lo que va a hacer es que la energía producida y consumida de esos paneles la paga a una tarifa diferencial a la que hoy por hoy consume la red. Aparte de tener los atributos de contar con una energía renovable por efecto de menos emisiones de toneladas de CO2 y todo su impacto positivo en la huella de carbono, va a tener un beneficio económico”, señaló.
José Alejandro Rodríguez García, director comercial de Senergysol, explicó que generalmente son contratos a largo plazo, modelos a 10, 15 o 20 años. “Durante esos 15 años, la operación y mantenimiento es a cargo de nosotros o del fondo de inversión que pone la plata. El cliente no se preocupa por nada de fallas o daños en los paneles, solamente se enfoca por pagar la energía que consumió”.
“El precio que se paga por la energía en este tipo de sistemas es siempre más barato en comparación con el que se le compra al comercializador de energía habitual”.
“Del lado del cliente, a parte de tener una energía renovable, con impacto positivo en la huella de carbono, va a tener un beneficio económico”.
Según Rodríguez, existen varios tipos de modelo, el que se paga por la energía consumida, otro en el que se paga por la energía que el sistema solar generó, independientemente de que fuera consumida o no, o en los que se paga a precio fijo el kilovatio.
De acuerdo con Gaviria, una de las mayores barreras que tienen los usuarios para acceder a este tipo de sistema energético es la infraestructura, las condiciones habilitantes del proyecto. “Cuando nuestro equipo técnico va a revisar las cubiertas de pronto no tienen la suficiente capacidad para soportar el peso de los paneles. Siempre se hace la evaluación porque, en algunos casos, pueden ser refuerzos menores que habiliten montar el sistema. No hay un sector específico que tenga una prelación, son más las condiciones que debe tener el cliente para la instalación del sistema”, afirmó.
La primera fue Postobón que donó 7.081 toneladas, 19,6% de las donaciones y luego está la Red Nacional de Centrales de Abastos con 3.455 toneladas
En seis meses, a través de una aplicación tecnológica, se lograron recoger 7.483 toneladas de escombros en Medellín, aspiran llegar a más ciudades
