Por un ministerio más del Agro

Con la ratificación, el ministro de Agricultura debe rehacer su agenda y enfocarse más en la producción agropecuaria

No cabe la menor duda de que Juan Camilo Restrepo es uno de los profesionales mejor preparados y más experimentados para enfrentar los retos que la agricultura moderna le impone a la producción nacional. No solo ha ocupado las carteras de Minas y Hacienda, sino que ha estado una buena parte de su vida profesional vinculado al gremio cafetero. No obstante todos esos pergaminos, sus dos años largos en el Ministerio de Agricultura no han sido fuertes en los asuntos estrictamente agropecuarios; esa cartera ha ocupado su agenda mediática y en el Congreso saca adelante los necesarios asuntos de tierras y tangencialmente algunos aspectos concernientes con la minería y su impacto en las regiones. Ya ratificado tendrá que ubicarse y trabajar más en políticas ambiciosas de producción de cultivos y de desarrollo del hato ganadero y pecuario.

La riqueza climática y de suelos le permiten al país contar con la tierra apropiada para desarrollar el potencial de despensa que tienen muchos departamentos, pero los monocultivos e incluso los crónicos latifundios hacen que Colombia no tenga una verdadera vocación agropecuaria. Un buen caso de emprendimiento nacional en este sector es el que ha vivido desde hace más de tres lustros la economía vietnamita que dejó a sus vecinos deliberadamente dedicarse a las altas tecnologías y los servicios, y ellos se enfocaron a producir comida para el sudoeste asiático, convirtiéndose hoy por hoy en uno de los más grandes productores de arroz y café. Nuestro país es muy grande, tiene potencial humano, universidades especializadas y cuenta con una posición geoestratégica envidiable para rentabilizar sus climas y terrenos.

Pero para lograrlo necesita de un Ministerio de Agricultura con un plan a varios años y unos gremios de la producción agropecuaria comprometidos que dejen de llorar por la revaluación y se comprometan a ser competitivos, y sobre todo, que ayuden a transformar las regiones en donde tienen su producción. Ciertamente, el agro debe ser una locomotora veloz, pero hasta ahora no ha salido de la estación, no por falta de un maquinista idóneo, sino porque su hoja de ruta no ha sido la adecuada. Se necesitan más planes y proyectos del tipo ‘País Maíz’, pero con todos los cultivos con potencial de exportación y en esos planes juega un papel fundamental Finagro y el Banco Agrario que cumplen con su papel a medias, pues conocen bien el sector y sus necesidades, pero tienen una enquistadas burocracias en la adjudicación de financiaciones.

Al Ministro hay que respaldarlo y ayudarle a que desempeñe bien su papel, pero también hay que decirle que es el momento de mostrar más realizaciones en materia de producción.