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EDITORIAL

¿Para cuándo los impuestos a las tecnológicas?

sábado, 16 de enero de 2021

En varios países europeos se hace realidad la llamada tasa Google para hacer tributar de manera más justa a las grandes empresas tecnológicas que crecen en todo el mundo

Editorial

Se llama Impuesto sobre los Servicios Digitales o Tasa Google y busca que los países -cada uno por su lado- obtengan beneficios de las grandes empresas tecnológicas por los servicios de publicidad en línea y venta de datos a partir de información proporcionada por los propios usuarios; una iniciativa que toma mucha fuerza en Europa, pero que tiene al gobierno de Estados Unidos en pie de guerra comercial o tributaria contra los países que lo adopten a través de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, que acusa que los impuestos a los servicios digitales aprobados en España, Austria y Gran Bretaña “discriminan a las empresas estadounidenses, es incompatible con los principios vigentes de tributación internacional, y restringe el comercio estadounidense”.

La Tasa Google le pone el ojo a los servicios cubiertos de las tecnológicas y a los umbrales de ingresos, obligando a que los principios internacionales sobre fiscalidad se modernicen; el gran objetivo es gravar dichas multinacionales, pero no restringir el comercio. Por ejemplo, el umbral de ingresos establecido para empresas no europeas es de unos US$800 millones y afectará a cerca de 60 empresas, 34 estadounidenses que hacen más de 95% de los negocios digitales. Los servicios de publicidad, intermediación online y transmisión de datos crecen de manera exponencial en todo el mundo por el desarrollo sostenido en la cuarta revolución industrial, pero aún no hay un marco tributario internacional que sea justo con los mercados emergentes que ponen sus sociedades al servicio de los negocios de Google, Twitter, Facebook, Amazon, Apple, Instagram o WhatsApp, entre otras empresas, que en poco menos de dos décadas se han puesto a la cabeza de las grandes multinacionales en las bolsas de valores y son de lejos las compañías más exitosas de esta generación.

Tal como se ha diseñado en Europa la Tasa Google -que arranca en España- no afectará a las páginas web de venta de productos, sino que se enfoca en las plataformas digitales que recopilen información de los usuarios, que tengan servicios publicitarios o que comercialicen las bases de datos con individuos. Los impuestos digitales son un hecho en India, Italia o Turquía y se estudia su inminente imposición en Brasil, República Checa, la Unión Europea e Indonesia. Es un imperativo que la cacareada nueva reforma tributaria que se radicará en febrero tenga de una vez el capítulo correspondiente a este sector que haya un tributo local dirigido a servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos. Es la nueva economía, es la nueva forma de hacer dinero y es fundamental que el país no se queda retrasado. Todas las plataformas digitales le están haciendo mucha competencia real al comercio establecido y formal, multinacionales como Netflix, Facebook, Instagram, Mercado Libre o Amazon muerden mercado no solo publicitario sino de venta de productos. El mercado de publicidad digital está dominado por Google en el mundo y subordina a los medios tradicionales a sus plataformas, lo legal es que paguen los mismos impuestos locales y que la competencia sea igualitaria. La Dian debe actuar y modernizarse en este tema.

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