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EDITORIAL

Más allá de las cifras de las 1.000 empresas

lunes, 20 de mayo de 2019

Gracias al grupo de colombianos que deciden hacer empresa cada día, generar empleo y pagar impuestos, el país ha logrado unos mínimos de desarrollo que debemos proteger y respaldar

Editorial

Más que una hipótesis de trabajo científico en el campo de las ciencias sociales, es un supuesto digno de ser comprobado: “gracias a los roles y funciones del sector privado en Colombia, es decir, los empresarios y las miles de personas que montan negocios, generan empleos y pagan impuestos, el país no ha caído presa del populismo que ha llevado a países como Venezuela y Nicaragua a ser considerados como no viables o estados fallidos”. Es más, Colombia a diferencia de otros países vecinos, de igual grado de desarrollo, cuenta con sólidos grupos empresariales locales que compiten de tú a tú con multinacionales líderes en todo el mundo. Los empresarios locales ganan en sectores como los alimentos, las bebidas, la banca y las cementeras, entre otros negocios muy competidos y en los cuales se ha ido desarrollando una competitividad difícil de superar e imitar. Esa realidad sorprende más si miramos que de la población económicamente activa de unos 24,7 millones de personas, 22 millones tienen trabajo formal e informal. De esos, 1,8 millones son funcionarios del Estado, por tanto, casi 20 millones son ocupados por el sector privado; de los cuales, 5,7 millones tienen un empleo formal con todas las prestaciones sociales. Eso quiere decir que el papel de los empresarios es fundamental para el bienestar del grueso de los hogares colombianos; las cifras son más elocuentes si se observa el millonario aporte por el pago de impuestos derivado de la gestión empresarial. Es tal la importancia del sector privado nacional, que debe haber una cruzada social en defensa de esa gestión que hoy se ve atacada por populismos sin sentido que quieren destruir o desprestigiar la labor de hacer empresa; tarea muy difícil en Colombia, pero que se ve recompensada por un consumo vigoroso y un recurso humano que innova y trabaja sin descanso con altos niveles de competencia.

Esos comentarios se desprenden a partir de los resultados de las casi 23.000 empresas bien constituidas que le reportan cada año sus cifras a la Superintendencia de Sociedades y del cual se desprenden buenos resultados. Los ingresos de las 1.000 empresas más grandes durante 2018 fueron de $827,4 billones, que es 96,7% de un PIB cercano a los $854 billones. Las utilidades sumaron $74,4 billones, que representa 8,71% del PIB de 2018. El 77,6% de las empresas crecieron las ventas frente a 2017. Es decir, 776 empresas mejoraron frente a 2017 y unas 224 tuvieron bajas o permanecieron sin cambios frente a 2017.

Ecopetrol recuperó el liderato del ranking con ingresos por $67,8 billones y superó al segundo, (Éxito) por una diferencia de $12,7 billones. La razón fueron los altos precios del petróleo y las eficiencias en la operación, con ahorros por $2,7 billones. Para entrar a las 100 más grandes se necesitan $1,4 billones y ese grupo representa 70% del total de los ingresos de las 1.000. Al selecto grupo de las 100 más grandes entró Primax y salió Conconcreto; preocupa que en este grupo no clasificó ninguna de agro, ni de la construcción. Son vistazos de la actividad empresarial que deben verse más allá de las cifras de una gestión y valorarse como un grupo social que lleva al país sobre sus espaldas. Ninguna venta o utilidad es suficiente para valorar el papel de los empresarios en la formación de país y en su rol protector del modelo económico que nos permite caminar con lentitud, pero con decisión hacia el desarrollo.

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