El papel de los empresarios en la política

Martin Wolf es de lejos el analista económico más influyente del mundo desde hace varias décadas, sus columnas en Financial Times no solo son muy difundidas sino que se convierten en acciones ejecutivas y algunas se traducen en políticas públicas de los gobiernos emergentes. Esta semana escribió sobre uno de los temas obligados en Colombia, el rol, las funciones, el papel de los empresarios en la formación política de países y mercados.

Dice Wolf que el mundo enfrenta dos crisis: desplome de la confianza en el sistema político democrático y amenaza ambiental planetaria. “La primera requiere la renovación del propósito común en casa. La segunda obliga no solo una intención común en el país, sino global, algo que las empresas no pueden proporcionar. En su lugar, se necesitará una política eficaz. Una gran pregunta es si las empresas serán capaces de promover las soluciones políticas necesarias o solo crean problemas políticos”.

El comentario lo sustenta en una encuesta que concluye que la pandemia reforzó la confianza en los gobiernos, al tiempo perjudicó la credibilidad de los populistas, pero hasta ahora no ha aumentado el apoyo a la democracia. “Las empresas operan dentro de un sistema: el capitalismo de mercado. Este sistema es ahora globalmente dominante, al menos en el ámbito económico. La esencia del capitalismo es la competencia. Esto tiene profundas implicaciones: las entidades competitivas que buscan utilidades son amorales, incluso si respetan la ley. No estarán dispuestas a hacer cosas que no sean rentables, aunque sean socialmente deseables, ni se negarán a hacer cosas rentables, aunque sean indeseables (...) sus accionistas pueden rebelarse. Ser o pretender ser virtuoso puede llevar beneficios a una compañía, pero a otras les puede ir bien solo por ser más baratas. La sociedad tiene que crear el marco en el que funcionan las empresas. Esto se aplica en todo: legislación laboral, seguridad social, política regional, regulación financiera, etc”.

Los empresarios no solo generan empleo formal, pagan el grueso de los impuestos y desarrollan las regiones, son auténticos líderes que no deben aislarse en sus negocios y construir una burbuja entorno a sus compañías; su trabajo por el barrio, ciudad, región, comunidad y el país, debe ser inherente. No solo es ser un gran contribuyente, es ser un líder de la prosperidad, el bienestar y estar de frente en la minimización de las precariedades.

“El papel de los líderes empresariales como voces influyentes, aunque interesadas, a la hora de establecer la política pública en materia de derecho de sociedades, derecho de la competencia, fiscalidad, regulación financiera, regulación medioambiental y muchas otras áreas. El resultado ha sido la aparición de un sistema de extracción oportunista de rentas que crea riesgos no asegurables para la mayoría y enormes recompensas para unos pocos. Esto ha contribuido en gran medida a socavar la confianza en la democracia y a aumentar el apoyo a los populistas”.

No se puede separar el papel de las empresas que maximizan los beneficios del de la política a la hora de establecer las “reglas del juego”, como recomendó Milton Friedman. Hoy más que en ningún otro momento de la historia, los empresarios deben recuperar el liderazgo perdido y ocupado por ideas antiempresa.