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ANALISTAS

Super Tucanos y el Ministro Villegas

miércoles, 1 de julio de 2015
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El nombramiento de Luis Carlos Villegas ayudará a airear el proceso de paz. Su experiencia como miembro  clave del equipo negociador de La Habana unida a sus condiciones  de firmeza para desempeñarse como ministro de Defensa, estoy convencido que ayudarán a desenredar el proceso, que  pasa por el  peor momento que ha vivido.

Da la impresión que el proceso de paz va menos mal en La Habana (yendo mal allá), que al interior de Colombia. Es tal la indignación de la opinión pública con los desafueros de las Farc que si hoy  se sometiera a ratificación ciudadana un eventual acuerdo de paz muy seguramente sería rechazado. Como sucedió en Guatemala.

El gobierno debe ser muy cuidadoso, no solo en no prestar oídos a los cantos de sirena que por estos días recomiendan  dar por terminado el proceso y darle una patada a la mesa de negociaciones, sino en ser coherente.

Doy un ejemplo: la retención del general Alzate en el Chocó hace algunos meses fue un hecho delicado, pero infinitamente menos grave que las tropelías ambientales que vienen cometiendo las Farc en las últimas semanas. Uno se pregunta entonces: si la retención del General Alzate -que  además dio papaya- ameritó una suspensión temporal de las negociaciones, con mucha mas razón se justificaría una medida análoga frente a los desafueros de las Farc contra el medio ambiente y la población civil.

Las  diarias admoniciones y lamentaciones  de los altos funcionarios contra  los crímenes ambientales de las Farc les resbalan a éstas. Y, por el contrario, hacen ver más débil al Gobierno. Solo la réplica  militar rotunda -habiendo desechado el cese bilateral de fuego-  como estoy seguro que lo hará Villegas, es el  único argumento que entienden las Farc y que puede hacerlas reconsiderar su comportamiento demencial. Que  la inteligencia militar y los super Tucanos permanezcan alerta día y noche. Y que la suerte y la contundencia acompañen a Luis Carlos Villegas en éste momento crucial en que llega al ministerio de Defensa.

Tampoco luce útil intentar encarrilar el proceso  con las “tarjetas” electorales  sugeridas por Roy Barreras. Ponerle una fecha fatal de terminación al proceso a estas alturas del juego,  mediante una papeleta ciudadana en las próximas elecciones, cuando eso no se hizo desde un comienzo, luce un tanto desesperado e improvisado.

¿Qué pasaría si el malestar ciudadano, en vez de expresarse positivamente aprobando la papeleta de los plazos fatales, se expresara con un mensaje de repulsa al proceso mismo de paz? Además, para ponerle fecha máxima de conclusión a estas negociaciones el gobierno no necesita de papeletas en las elecciones de octubre. Bastaría una instrucción del Presidente a sus negociadores en La Habana en tal sentido.

No son tampoco muy convincentes las propuestas para dotar al presidente de facultades extraordinarias para concluir el proceso de paz. Su otorgamiento puede sufrir contratiempos en el Congreso, y dilatarlo aún más. Pero, además, no luce muy lógico que tres años y medio después de comenzar el proceso se descubra que faltan facultades presidenciales para concluirlo.

La vía para revivir el proceso no puede ser leguleya o electoral. Mano firme, coherencia, paciencia y contundencia militar. Tales son los mojones que deben marcar este difícil camino que estamos transitando. Que la suerte acompañe a Luis Carlos Villegas. Llega al ministerio de Defensa en el momento  crucial en que se debe hacer de la guerra  exitosa la mejor ruta para alcanzar la paz duradera.

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