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martes, 8 de enero de 2013
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Pese a la cacareada posibilidad de que el mundo se acabara en medio de las fiestas del año 2012, ahora nos queda la tarea de seguir construyendo un mundo más placentero, pero en ese camino hay mucha tela para cortar.

 
Hay una verdad de a puño que ahora, con la llegada de este nuevo año de 2013 se hace más palpable. El secreto de una vida tranquila no está en ganar mucho sino gastar poquito.  Ese es mi consejo para Barack Obama, Gustavo Petro y al Gobierno Nacional.
 
Aunque parezca que estamos desvariando por causa del guayabo navideño. Aclaro que sencillamente Obama está en líos todavía. Aunque haya logrado un acuerdo fiscal, su Gobierno gasta más de lo que recibe en impuestos. Aunque haya firmado su ley fiscal con bolígrafo robot.
 
Al Gobierno colombiano le conviene ponerse las pilas a mirar cómo mantiene o incluso mejora su récord anunciado de llegar a más de 974.000 barriles diarios de producción a 2012 y llegar a la meta del ministro de Minas, Federico Renjifo, de producir un millón 70.000 barriles diarios del crudo en este 2013.
 
Con tanto vaivén de los precios internacionales de los comodities, suena seductor que Colombia pueda ubicarse entre el ranking de los 20 países productores, en abierta competencia regional con Venezuela.
 
Según la Opep, Venezuela produce 2,4 millones de barriles diarios y el gobierno de Hugo Chávez exporta casi un millón 750.000 barriles al día, es decir que nos acercamos a un buen negocio. Aunque además de no gozar de buena salud, tampoco tiene bolígrafo de robot, para firmar leyes desde Cuba.
 
En el caso del alcalde Petro, eso de gastar poco es más relevante, porque viene gastando a raudales el contundente caudal político que llevó al ex congresista del M-19 a ocupar la Alcaldía de Bogotá, pero en una administración que deja a todos con serias dudas.
 
Por algo se trabaja a pasos agigantados para tratar de convocar a los bogotanos para que voten por la revocatoria del mandato del alcalde Petro, a quien los líos de las basuras, los problemas de movilidad y la falta de conexión para encontrar un equipo eficiente, no fueron urgentes y parece de vacaciones, como si nada pasara.
 
Ojo, Petro logró 723.157 votos en las elecciones de octubre del 2011 y nos parece fácil que se logren las 289.263 firmas que se requiere para convocar su revocatoria, porque la verdad Bogotá viene de más a menos por falta de una buena administración. Y ni con bolígrafo robotizado se arregla ese desorden.
 
Obama tiene problemas porque tampoco ha concretado su tarea de lograr un acuerdo perecedero en el Congreso que alivie su mandato de la presión de un abismo fiscal. Y pronto tendrá que utilizar ese mismo bolígrafo, porque el debate del gasto público quedó pendiente.
 
A última hora y casi bajo amenaza, el presidente de Estados Unidos logró subir los impuestos a quienes ganen más de U$450.000 dólares anuales, bajar algunas deducciones y evitar que se incrementaran los tributos para la clase media con la meta de recaudar US$620.000 millones en nuevos ingresos a diez años, dejando vivo por otro año el subsidio a 2 millones de desempleados.
 
Pero a Obama le queda entre el tintero un nuevo forcejeo en el Capitolio porque con su gestión ya suman unos US$5 billones la deuda del país, que se ubica en US$16.4 billones que no se gana y eso ataca a cualquier bolsillo. 
 
Ahora que las predicciones de la debacle del calendario Maya no se cumplieron, que el mundo sigue girando, podríamos empezar este año con propósitos y enmiendas por un buen camino de logros en este 2013. 

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