.
ANALISTAS

San Andrés no tiene mar

sábado, 24 de noviembre de 2012
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Con este tema del fallo de la Corte Internacional de la Haya sobre San Andrés se ha oído de todo como en botica. Desde la rasgada de vestiduras porque “perdimos todo”, hasta comentarios olímpicos como que “ganamos algo” porque nos quedamos con la tierra y sin el agua.

Hay comentarios que llaman la atención, como que al interior de la isla el debate no está grave, porque los nacionales decían entre chiste y chanza, cuando les preguntaban, “yo nací en San Andrés, Nicaragua”.
 
Otros aseguraron que la manera como reaccionó Colombia se parece al sarcasmo con el que después de la confrontación por las islas Malvinas con Inglaterra, los argentinos se “declararon subcampeones”, porque a nadie le gusta aceptar la derrota.
 
Esa derrota que sufrió Colombia en La Haya, tiene al gobierno pensando en “denunciar” o en buen castellano, salirse del Pacto de Bogotá y evitar nuevos sinsabores por el desconocimiento de la Corte Internacional al tratado que legítimamente le daba a Colombia derechos sobre San Andrés y su área marítima.
 
En el debate al Gobierno, los congresistas mostraron esa chispa colombiana de reírse de tanta tragedia junta. Hasta los titulares de prensa hacían mención de que a los colombianos les preocuparía más que le anularan un gol a la selección que el fallo con el que perdimos una valiosa propiedad en aguas del hermoso Mar Caribe.
 
Leímos también comentarios como que “a Colombia no le fue mal” en La Haya, porque nos quedamos con las tierras que Nicaragua quería y que siempre busco quedarse con San Andrés y Providencia, Serrana y Quitasueño los cayos e islotes.
 
Pero esa balanza no se mide así. Colombia ya soporta una grave historia de pérdidas. Como para la muestra con un botón basta, pues ahí mismo, en el Caribe esta Panamá para recordarnos que a nuestro mapa le están echando tijera.
 
Eso de decisión salomónica que tanto se le ha enrostrado a la canciller no suena tan equilibrado. La nueva delimitación de las fronteras marítimas y de las zonas de exclusividad económicas en el Caribe deja un problema nuevo.
 
El asunto es que harán los más de 200 connacionales raizales de la isla que viven de la pesca, ahora sin agua ni peces para trabajar. San Andrés es una zona rica en turismo, pero sin el verde de su mar ni pescados para ofrecer, podría perder parte de su propia identidad.
 
Extraña también sonó la declaración del Gobierno, según la cual, parte de las acciones para enfrentar el dilema económico que nos dejo la pérdida del derecho de explotación del mar es que la locomotora de la infraestructura también llegaría a San Andrés. Eso sin contar con que se forma un eje curioso para explotación del petróleo entre socios ideológicos como Nicaragua y Venezuela. 
 
Si nos damos cuenta, la infraestructura en el continente es pobre; las obras son lentas y costosas. Ahora con qué le vamos a salir a los sanandresanos si en tierra firme no hay celeridad en los procesos. 
 
Sobre San Andrés y Providencia han estado ¡varios ojos! interesados en hacerse a su propiedad desde los años de la colonización española y la Nueva Granada. Un tema que parecía haberse cerrado con el tratado de 1928 y que ahora la Haya dejo claro: la tierra es nuestra, pero el agua que la rodea es ajena. 

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA