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ANALISTAS

Obra y ejemplo

miércoles, 22 de enero de 2014
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Fue exitoso en la vida por varias calidades y cualidades que tuvo.

Jorge, en su juventud, fue un deportista de alta competencia. Practicó la natación con renombre nacional. Formó parte de un equipo de nadadores que le dieron gloria y medallas en este deporte a Antioquia. Que recuerde, hicieron parte de ese grupo Gilberto Martínez Arango, su hermano Sergio, Carlos Villa Navarro y Jorge quienes estudiaban bachillerato en el colegio de San Ignacio. Los admiraba porque llegaban a las 7 y 30 de la mañana con su pantaloneta de natación en la mano a recibir las clases del día. Era la disciplina que da el deporte a quien lo practica de verdad, era el sacrificio que había que hacer para triunfar en la vida. Por eso admiré a Jorge y a ese grupo que nos daba ejemplo en aquellos lejanos años.

Si hablamos de disciplina, tenemos que hablar de las matemáticas que, como ingeniero, Jorge las practicaba. Las matemáticas son exactas, no admiten errores, no permiten diferencias entre soluciones a un mismo problema. Permiten, esos sí, caminos diferentes para llegar al mismo resultado. Jorge encontraba los resultados de beneficio para la empresa que manejó durante tantos años.

Después de la cercanía en el bachillerato, cercanía a pesar de los años calendario y de estudios que yo le llevaba, nos volvimos a encontrar en la empresa de las dos familias, la Hernández y la Gómez. Él entró como administrador cuando yo estaba como coordinador. Murió uno de los pilares centrales del periódico, don Julio Hernández, y Jorge asumió la gerencia. Murió Juan Zuleta Ferrer, a los pocos años, y me correspondió asumir la dirección. Fernando Gómez ya estaba retirado pero seguía siendo el otro pilar sólido.

Otra de las cualidades de Jorge, está heredada de sus mayores y del ejemplo de los dos pilares de la empresa, lo constituyó el sentido y compromiso social. No es fácil hablar de temas como la participación de los empleados en las utilidades de las empresas. En la época de don Julio y de Fernando, esa repartición se hacía con frecuencia en forma de bonificaciones, lo mismo se hizo en la época de los sucesores en cabeza de Jorge. Lástima que la legislación impositiva colombiana ahora no permita algo tan benéfico y de toda justicia.

En los últimos años, ya disfrutando de la pensión de retiro y con tiempo menos comprometido, Jorge se dedicó a hacer el bien para el futuro de la niñez y de la juventud. Apoyado en la Fundación creada por él y por su familia, Fundación Julio C. Hernández, bajo su gerencia, se dedicó a apoyar y crear colegios en los barrios pobres de Medellín y una Universidad exitosa en el suroeste antioqueño para la capacitación y profesionalización de la juventud campesina de esa región del departamento.

Nos dejó Jorge, pero quedó su obra y ejemplo para el futuro de esta región y del país entero.

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