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ANALISTAS

Las microfinanzas bajo la lupa

martes, 20 de noviembre de 2012
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Para tener plata de emergencia o los gastos de diciembre, Rosa entrega en enero  la cuota acordada a un fondo con otros 11  vecinos de su barrio. Diego lo administra gratis y todos definen las fechas de cobro y si hay  multas por no pago oportuno. Mediante sorteos cada uno recibe el ahorro de todos a no ser que requiera un préstamo antes de su turno.  Este ahorro informal, basado en la confianza, se conoce como “natillera” en Colombia,“susus” en Ghana, “tandas” en México, “arisan” en Indonesia,  “tontines” en África Occidental,  “pasanaku” en  Bolivia. Origen de las cooperativas de crédito a inicios del Siglo XIX en Canadá.

En 1895 se crea el Banco Rakyat en Indonesia (BRI). En los 70, nace en Venezuela Acción Internacional, red estadinense hoy con 62 IMF en 31 países. Programas experimentales en Bangladesh, Brasil y otros países prestan cantidades muy pequeñas de dinero a grupos de mujeres pobres para sus pequeños negocios. Basados en la solidaridad de grupo, cada miembro garantizaba el repago del préstamo. Orientado a actividades generadoras de ingresos, algunas veces incluía planes de ahorro obligatorios.

Mujeres africanas de Ghana propusieron en 1975 el acceso al crédito para que las mujeres del mundo salieran de la pobreza; declaración acogida por Naciones Unidas para decretar la década de la mujer entre 1975 y 1985. Mujeres del mundo crearon el Women´s World Banking en 1979 con sede en Holanda y oficina en Nueva York, red global especializada en mujeres con 40 IMF en 28 países. En 1980 nace la Fundación WWB, o “Banco de la Mujer”, en Cali, Colombia.

Grameen, iniciativa del Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus en Bangladesh en 1976, se constituyó en banco para “los más pobres de los pobres” en 1983. Su éxito contribuyó a la formación de otros como  ASA y BRAC.

Las ONG fueron las primeras en otorgar microcréditos financiadas con donaciones. La excelente recuperación de la cartera les permitió alcanzar rápidamente el punto de equilibrio y pagar sus costos fijos. Esto las llevó en los 80 a crear alianzas estratégicas con bancos locales que proporcionaban el financiamiento y ellas asumían las garantías, la coordinación y el seguimiento a los préstamos.

En los 90 se adoptó en América Latina la metodología de crédito individual. Gobiernos y donantes apoyaron el nuevo modelo para promover la inclusión financiera. La rentabilidad del microcrédito llevó a la banca a incursionar en esta industria. Se ampliaron los productos y servicios financieros ofrecidos y se pasó de “microcrédito” a “microfinanzas”. Floreció la industria en la región con Banco Sol en Bolivia, Mi Banco en Perú, Compartamos en México.

La década de 2000 promovió las innovaciones tecnológicas. Los corresponsales bancarios y la banca móvil llegan hoy a bajo costo a un mayor número de prestatarios y áreas remotas rurales.  Los clientes disponen de tarjetas inteligentes para hacer sus pagos, transferencias y retiros, con ahorro en costos y tiempo.  La gama de productos y servicios es cada vez más amplia pasando de la oferta inicial de préstamos a créditos de consumo, de vivienda, ahorros, microseguros.

Las microfinanzas  hoy son clasificadas como una categoría de inversión para diversificar carteras a la par de acciones, bonos de mercado emergentes y fondos de cobertura. Se pasó de donaciones solidarias de individuos a ONGs sin ánimo de lucro a inversiones en Wall Street. Las firmas evaluadoras de riesgo califican sus emisiones de deuda en los mercados domésticos e internacionales. ¿Qué sigue?

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