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Las dos gigantes, ¿víctimas?

miércoles, 30 de octubre de 2013
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Insinuar que Fannie Mae y Freddie Mac fueron víctimas de la crisis hipotecaria en Estados Unidos es como decir que Bernard Madoff fue víctima del esquema de ponzi.

La demanda del gobierno

Recientemente JP Morgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos, acordó pagarle al  gobierno federal US$5.100 millones de dólares por vender instrumentos financieros respaldados por hipotecas defectuosas a Fannie y Freddie durante 2005 y 2007.

Según reportó Bloomberg, esto es parte de un acuerdo al que JP Morgan llegó con el Gobierno por US$13.000 millones por acusaciones de crear y vender instrumentos financieros durante el boom hipotecario. El banco no admitió que cometió error alguno cuando acordó con el Gobierno.

JP Morgan no es la única que está en la mira. El Gobierno Federal, a través de la nueva agencia federal de vivienda -FHFA por sus siglas en inglés-, está demandando a otras 16 instituciones para recuperar pérdidas en que incurrieron los contribuyentes por la crisis hipotecaria.

Fannie y Freddie: cuento de horror

La premisa de la demanda del Gobierno Federal es que JP Morgan y otros bancos engañaron a los dos gigantes vendiendo instrumentos que ellos no entendían.

¿No entendían? Primero, no son dos inocentes, ignorantes en el complejo mundo de financiamiento de la vivienda en Estados Unidos. Segundo, ambas fueron responsables de la crisis que se desató.

Fannie Mae y Freddie Mac fueron dos gigantes hipotecarias privadas creadas por el Congreso - o sea, la factura final la pagan los contribuyentes- con el propósito público de reducir el costo de financiamiento y hacer más accesible el crédito para la compra de vivienda. La premisa es que si la gente es dueña de una vivienda ayuda al crecimiento económico de las comunidades y la reducción de la pobreza.

Estos dos gigantes eran dueñas o garantizaban US$5 billones en activos respaldados por hipotecas. Estas dos gigantes, que hicieron mucho dinero gracias a la garantía implícita de los contribuyentes, fueron las mayores compradoras de instrumentos de deuda respaldados por hipotecas de alto riesgo de crédito durante el boom. Fueron ellas dos las que incentivaron y abrieron el camino de la avaricia que otras compañías aportaron a la crisis.

¿Inocentes? El mismo reporte de la Comisión de la Crisis Financiera dijo que las dos evitaron ser supervisadas a la vez que relajaron sus estándares en la otorgación de crédito. Ellos garantizaron préstamos que requerían no verificación de ingresos o activos para respaldar los préstamos. Incluso, un ejecutivo de Freddie fue despedido en 2005 porque se oponía a ese tipo de prácticas. Reguladores la han calificado las peores instituciones financieras administradas.

Tal fue la responsabilidad que actualmente ambas están bajo la tutela del Gobierno Federal después de recibir un rescate de los contribuyentes por $188.000 millones de dólares.

¿Victimas? Para nada. Hay suficientes pruebas que lo confirman. El problema es que gozaban del respaldo y beneplácito de los políticos en Washington. Y es más fácil echarles la culpa a otros para desviar la responsabilidad que tiene Washington en la crisis. 

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