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ANALISTAS

La mision rural

martes, 25 de febrero de 2014
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Recuerdo una oportunidad en que un candidato a la Alcaldía de Medellín me preguntó por una fórmula “milagrosa” para disminuir el desempleo de la ciudad y le conteste pragmáticamente: “coordine con el gobierno central el desarrollo rural porque la única salida que tiene un campesino que ve sufrir de hambre a su familia es venirse a pedir limosna en los semáforos de la ciudad”.

El Departamento Nacional de Planeación acaba de anunciar un proyecto llamado La Misión Rural y el nombramiento del Dr. José Antonio Ocampo para que lo lidere.  Según las propias palabras del Dr. Ocampo, esta misión “no tendrá como objetivo más diagnósticos pues ya existen suficientes”, el principal de ellos: pobreza rural del 46% y miseria del 21,8%.

Afirma además que el fin de la misión es la creación de políticas rurales  a largo plazo, que estarán definidas en el transcurso del presente año y que serán  integrales al  incluir temas como servicios públicos de agua y electricidad, educación, salud, vías terciarias, financiación, desarrollo turístico. 

La Misión Rural tendrá entonces como objetivo la elaboración de un programa integral para el desarrollo del campo. Esperemos entonces que no sea un mamotreto más de nuevos estudios y recomendaciones como los cuatro que se han elaborado para reestructurar la actividad e institucionalidad cafetera y que han sido archivados en un cajón.

Un exitoso empresario colombiano afirmó coloquialmente: “negocio que pierde dinero todos los meses, a la larga se vuelve malo”.  Y esto le pasó al sector rural colombiano, especialmente al cultivo de café - generador del 30% del empleo rural del país- como consecuencia de los muy bajos precios y los excesivos impuestos sobre sus ingresos brutos que aún hoy en día se les cobra en forma de  “contribuciones” al Fondo Nacional del Café.

Pero no son solo los impuestos o “contribuciones” los únicos causantes del gravísimo deterioro que afronta el cultivo del café y la pobreza y miseria de  la mayoría de los campesinos.  Es también culpable el Estado por su descuido en la responsabilidad de su desarrollo. También es el descuido de los empresarios privados quienes, sino por virtud, si por sus intereses, debían de interesarse en el desarrollo rural para ampliar la base de sus consumidores.

Una excelente noticia 

En mi columna de enero 30 afirmé sobre los precios del café: “La conclusión es lógica: ante una producción a pérdida y por lo tanto decreciente y un mercado de consumos crecientes la recuperación de los precios se tiene que dar más temprano que tarde. Ya se escuchan comentarios aceptando suministros estrechos de los mismos tostadores que hace poco hablaban de sobre producción... como también es posible una inclemencia climática. Un estornudo en el clima de Brasil, Vietnam o Indonesia  sería una pulmonía en el mercado mundial del café”. 

Pues bien, estornudó en Brasil en forma de una sorpresiva sequía durante enero y febrero del presente año, periodo durante el cual se forman los granos y que nunca antes se había dado. Esta circunstancia y las malas fertilizaciones de las plantaciones en todo el mundo reducirá fuertemente la cosecha 2014 y 2015 generando un déficit de oferta de 20 millones de sacos imposibles de cubrir con los ya mínimos inventarios existentes. El mercado mundial se enfrentará entonces a la más grave crisis de suministros en toda su historia. Tan grave que es muy posible que no se alcance a atender la demanda y se pierdan consumos llevando  los precios a sus máximos posibles.

P.D. Con criterios absurdos el exministro Junguito ya escribe en el diario digital “Primera Página” que les retengan de nuevo los ingresos a los cafeteros para que la Federación se los “administre”. Al caído caerle, pero ahí está Dignidad Cafetera para su defensa.

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