En este mundo revuelto en que se desenvuelve la economía hay tendencias poco claras de cuándo por fin habrá humo blanco al final de túnel y se podrá volver a los negocios sin que se parezca más a una apuesta de casino que una inversión con ganancias previsibles.
Casi ningún sector de la economía, en Colombia o el mundo, tiene claro cómo proceder a la hora de hacer inversiones, primero por la crisis doméstica de finales de los años 90s por la crisis hipotecaria y más adelante en 2008 cuando estalló la crisis financiera global en Estados Unidos.
En Colombia, según reportes de la Asobancaria, la cartera hipotecaria está casi estática en el lugar de 1999, cuando la crisis inmobiliaria llevó a cientos de familias a entregar sus hogares como bien en pago por la deuda con los bancos.
El portafolio de crédito de los bancos de 1999 en el sector hipotecario era de 34,2% y en 2012 cerró en 13,45% pese a que los bancos tienen cerca de 700.000 posibles créditos frente a 765.500 créditos de vivienda de hace 14 años, las cifras parecen estar atadas a la resta y no suman.
En este río revuelto hasta los supermercados de cadenas están buscando el centavo en negocios distintos de la venta de comida y hacen alianzas para mantenerse en el juego del comercio.
Al ofrecer tarjetas de crédito, seguros, colecciones de moda y alianzas con artistas, las grandes superficies tratan de hacerle el quite a la incertidumbre en los negocios y atraer compradores que estaban deslizándose hacia los llamados Sanandresitos.
Como ejemplo el Éxito y Carlos Vives vendieron millón y medio de discos. Según informes de Fenalco la ventas de computadores en las grandes superficies reportó un crecimiento de 19%, artículos de ferretería con 7%, calzado 6%, aseo 5,4%, ropa 4,2% y electrodomésticos 3,8% a febrero pasado.
Y entre las ligas mayores de los importadores y exportadores los commodities tampoco escapan a los líos de la comercialización, los reportes apuntan a una caída de precios en los últimos diez años.
En este 2013 la plata ha caído 23%, el cobre, 12%, el oro, 17%, al igual que el hierro y el petróleo que se ha situado por debajo de los US$100 el barril, con el impacto obvio en nuestra petrolera colombiana, Ecopetrol.
Comparado con 2008 los precios de energéticos como petróleo y gas; los metales como el cobre o aluminio; y los agrícolas como soya y el trigo valen apenas un tercio de hace cinco años y menos de lo que se pagaba en 2010 y 2011.
Los analistas atribuyen el cambio en el precio de los commodities a China que ahora afecta a los países exportadores de América Latina por el cambio en la oferta y demanda desde el tigre asiático, que de paso afecta el desempeño de la economía global.
Como la economía de los chinos está cayendo en sus indicadores de crecimiento los precios de commodities varían por menor demanda de materias primas. Si China no cumple su expectativa de crecimiento de 7,8% en 2013 y se ubica apenas en 5%, América Latina sentirá el impacto.
Sin embargo entre las apuestas de los analistas está el hecho de que hay liquidez en el mercado y dinero para especular en la compra de commodities, lo que en efecto podría significar un crecimiento de hasta 4% en el precio de los commodities.
En este río revuelto de todo puede pasar, el lío es saber cuándo la marea será propicia para negocios en puerto seguro.
