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ANALISTAS

La dictadura en Venezuela

sábado, 21 de febrero de 2015
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La detención y encarcelamiento arbitrarios del Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, por parte de los aproximadamente 100 miembros de los servicios bolivarianos de inteligencia (Sebin), policía política del gobierno, es otra muestra clara de la dictadura despreciable que gobierna a Venezuela.  A la sede de la Alcaldía Metropolitana, irrumpieron violentamente los hombres de la Sebin, quienes hicieron tiros al aire para amedrentar a los que ahí se encontraban; el presidente Maduro informó horas después  que la detención de Antonio Ledezma era fruto de una conspiración de éste,  contra su gobierno.

Recordemos que ya hace un año, se iniciaron fuertes protestas en Caracas contra el régimen de Maduro que produjeron 43 muertes violentas entre febrero y junio de 2014,  muchos de ellos estudiantes que fueron torturados y masacrados por integrantes de la fuerza pública en el hermano país.

La situación de Leopoldo López, el líder de la oposición venezolana no es menos grave, conculcados sus derechos a la libertad, a la comunicación incluso con su familia, a un debido proceso, declarado públicamente asesino por parte del presidente Maduro, cuyo régimen ha cooptado la justicia, se mantiene encarcelado, humillado y sometido a toda clase de vejámenes por parte de la dictadura que gobierna a Venezuela.

El régimen  de Maduro, asediado por el fracaso económico del modelo chavista, se aferra al poder contra la realidad de los hechos que ha llevado al pueblo venezolano a soportar hambre, un pésimo servicio de atención a la salud, la ausencia de los más elementales artículos de higiene y una inseguridad rampante que ha convertido a Caracas en una de las ciudades  con mayor delincuencia en el mundo.

Para mantenerse en el poder y seguirse lucrando a través de una corrupción gigantesca que ha saqueado las arcas públicas del hermano país, el régimen de Venezuela se ha convertido en una dictadura.   A través del sistema de cambios, amigos del gobierno se enriquecieron de manera fabulosa, comprando dólares a 6,50 bolívares por dólar,  para pagar importaciones ficticias, vendiendo esos mismos dólares al cambio de la calle, o sea recibiendo 25 veces más bolívares de los que pagaron y, volviendo a comprar con estos bolívares ya multiplicados, dólares a 6,50.

Ante el creciente descontento del pueblo venezolano el régimen de Maduro, como para enviar un mensaje claro de lo que le puede suceder a quien proteste, no duda en aplastar a la oposición, violando cualquier derecho humano, ante la ausencia del estado de derecho y de la independencia de los poderes públicos, aniquilados por el modelo marxista.

A mediados de este mes, por enésima vez, Maduro se inventó otro golpe de estado, según él, orquestado por Estados Unidos y la derecha colombiana, cortinas de humo recurrentes para tratar de distraer la verdadera situación venezolana que lo ha llevado a sufrir un verdadero golpe de opinión.  En los mismos días del supuesto golpe, Maduro devaluó el bolívar, lo que causará una mayor inflación en Venezuela que hoy según datos oficiales, no creíbles,  supera el 70% anual.

El régimen chavista hace agua, y solo la represión y la violencia contra su propio pueblo lo mantiene en el poder.

Frente a estos hechos es lamentable el silencio del gobierno  del presidente Santos, quien desde el inicio de su primera administración, ha sido condescendiente con el régimen chavista, e indiferente con la situación que padecen  aproximadamente cinco millones de compatriotas que viven en Venezuela.  
 

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