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¡Ética en negocios de sector pecuario! Llamado de la academia

jueves, 20 de marzo de 2014
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El mercado mundial de productos de origen animal viene creciendo en los principales sectores, siendo Colombia una de las naciones que aporta en dicha tendencia global. En el país son diversos los dilemas éticos que surgen en los negocios relacionados con la producción animal, considerando que el sector es naturalmente complejo, plagado de desafíos permanentes. La ética en los negocios del sector pecuario plantea una clara aplicación de valores dentro de un contexto de la producción animal. Desde las universidades, además de inculcar en los futuros profesionales del sector pecuario la necesidad de cumplir a cabalidad con el marco legal, debemos promulgar y aplicar estrategias ligadas a la sostenibilidad del sector.

La carencia de bases éticas sólidas es una clara amenaza para nuestra ruralidad, expone al incumplimiento del entorno jurídico, genera fracasos comerciales con las graves repercusiones en lo financiero, sanitario y el bloqueo en los mercados.  Al contrario, la reputación ética en los negocios relacionados con la comercialización de productos de origen animal podría significar el valor agregado que genere confianza en el entorno, otorgando características diferenciadoras que hoy en día se han convertido en una verdadera necesidad para Colombia, atrayendo inversionistas y sembrando semillas de constancia en los consumidores. Combinar las palabras “ética”, “negocios” y “pecuario” debe consolidarse en un eje muy ligado a las políticas rurales, justicia social y estructura organizacional.

La cultura de los negocios del sector pecuario debe basar sus decisiones administrativas en una filosofía a largo plazo, utilizando tecnologías confiables, cuidadosamente probadas, entendiendo que no es un entorno estático, por el contrario evoluciona permanentemente y se debe adaptar a nuestra realidad local. Nuestra cultura comercial pecuaria debe reconocerse por los valores, no por el enfoque tradicional del cumplimiento de metas y objetivos dentro del renglón económico nacional. Lo anterior implica que nos distanciemos de basar nuestras acciones en simples reglas sociales o códigos de conducta, y las soportemos en principios y valores. Confucio, pensador chino, dentro de sus analectas (Conversaciones con discípulos) promulgaba: “Gobierna con regulaciones, mantén el orden con castigos y la gente huirá de ti”. Por el contrario, recomendaba “gobernar con fuerza moral”.

Desde la academia tenemos la responsabilidad de formar profesionales con capacidad de detectar oportunamente las necesidades de los productores pecuarios y buscar alternativas de solución pertinente, con calidad, dentro del marco de la ética profesional o deontología. La influencia del trabajo profesional en el sector rural debe distanciarse de mecanismos antiéticos, como las amenazas, mentiras y manipulaciones. En cambio, debemos privilegiar sanas discusiones, fundamentadas en argumentos, influyendo con información, simetría y sabios procesos de transferencia de tecnología. La producción animal es vulnerable a manipulaciones abusivas, disfrazadas de intereses sociales, aspecto que exige un blindaje no sólo gubernamental. 

La columna inició mencionando que “el mercado mundial de productos de origen animal viene creciendo”. Ese crecimiento debe significar un fortalecimiento a los productores para mejorar procesos de innovación, desarrollo, cadenas de comercialización y ventas, sin perder el horizonte de la ética en los negocios. 

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