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ANALISTAS

El pensamiento consciente y las organizaciones

miércoles, 9 de abril de 2014
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Nuestras empresas pertenecen a la bien bautizada “Sociedad Liquida”, término con el que los filósofos buscan  caracterizar los permanentes cambios, la movilidad constante,  la relatividad en las posturas y las formas múltiples formas de comprensión de cada individuo. A partir de este entorno surge una pregunta obligatoria para el líder que direcciona la organización, ¿Cómo modular tantas diferencias para cumplir los objetivos comunes? Este pensamiento asimétrico colectivo, es la oportunidad única para el gerente que quiera lograr el cumplimiento de sus indicadores  y diseñar políticas que permitan garantizar el éxito de su gestión. 

En este aparente caos, se encuentran todas las posibilidades. La famosa frase “Conócete a ti mismo” abre espacio para recitar “Conoce a los demás” como una propuesta que puede cohesionar individuos y unir diferentes fragmentos de la realidad. Esta premisa ayuda a cultivar las competencias de percepción y de reconocimiento hacia el otro, a hacer ejercicios cotidianos que ayudan a convertir el día a día en un espacio liviano y amable. Acciones como: Visualizar en grupo la meta lograda como resultado de grupo, sentir el aquí y el ahora como el tiempo único, entrelazar  ideas por medio del diálogo abierto y directo, practicar la prudencia y el silencio oportuno en discusiones obtusas, buscar la socialización adecuada del pensamiento propio en funciones de las metas de la empresa  y practicar la compasión en su sentido más amplio que no es otro que ser sensible a las necesidades de los demás. 

Estos procesos abren un espacio de creación  individual  y de co-creación colectiva: El pensamiento consciente como un hilo conductor, sutil e intangible, el cual permanece en el vacío que se genera en la multiplicidad de individuos, ayudando a desarrollar todas las potencialidades de nosotros como seres dotados de sentido. Se presenta como la oportunidad evolutiva que reside en cada persona, su base de desarrollo es la observación que surge del silencio, de maravillarse con lo pequeño, de sacar el tiempo para hacer ejercicios lentos de observación y de conexión con cada momento, de sentirnos todos unidos a través de un sustrato común, la humanidad de nuestra existencia y el aprendizaje como el más alentador de los procesos cognitivos.

El pensamiento consciente es la oportunidad de demostrar que todos los puntos están conectados de manera magistral e imperceptible, donde cada persona crea y recrea su propia realidad con absoluta responsabilidad en cada acontecimiento, para entender que lo que le sucede no es casual sino causal, para transformar la misión de la empresa en un tema de apropiación, menos instrumental con más sentido de trascendencia.

Las universidades norteamericanas como UCLA (University of California) han comenzado a presentar unas propuestas dedicadas al desarrollo de pensamiento consciente. Un ejemplo de este esfuerzo es la escuela “Mindful”; en la mencionada institución se asesoran  empresas globales como “Procter and Gamble” y “Google” en temas como el bienestar, la salud y el desarrollo organizacional. A este término también le dedica su portada la revista Time del 03 de febrero de 2014, enfatizando que hoy más que nunca el desarrollo de pensamiento consciente es una de las más importantes competencias que pueden tener las personas en las organizaciones.

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