Colombia es un país de ingreso medio y su renta per cápita que para 2012 fue de US$7.841.57 está por debajo del promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), como Chile con US$15.960 per cápita y por debajo de muchos otros mercados emergentes. Según el informe, la raíz de esa brecha radica en la baja productividad laboral. Y aunque la brecha es grande, mientras la tasa de crecimiento del PIB de Colombia en 2011 fue de 5,9%, la tasa promedio de crecimiento de países de lo Ocde fue de apenas 1,9%.
Según informe de la Ocde, la economía colombiana se enfrenta a tres grandes desafíos a mediano plazo: cosechar los beneficios del auge de los productos básicos, evitando elementos como la enfermedad holandesa; impulsar el crecimiento de la productividad; y reducir la desigualdad de los ingresos.
El mismo informe indica que el auge de los recursos naturales, que perdurará varios años más, plantea desafíos en materia de política social, económica y ambiental. Aunque dicho auge ha impulsado la inversión extranjera, el crecimiento económico y los ingresos del gobierno, la mejora de los términos de intercambio y las correspondientes entradas de capital han participado en la fuerte apreciación de la tasa de cambio que ha debilitado la competitividad de otros sectores. Estas actividades suelen caracterizarse por un uso intensivo del capital, pero no crean muchos puestos de trabajo, perjudicando la distribución de los ingresos. Mientras el auge continúe es probable que la tasa de cambio real siga apreciándose, por ello es imperativo que el sector privado se adapte a estas nuevas condiciones de intercambio.
Cuando los gobiernos y los bancos centrales toman la senda proteccionista la producción se estanca pues el productor se acomoda a esa situación y no busca otras salidas al problema, si bien no se trata de dejar al productor solo, cualquier ayuda del gobierno, además de temporal, debe ir condicionada a unos compromisos que debería cumplir el beneficiado con ánimos de mejorar su competitividad.
Según la Ocde, las mejoras de la infraestructura de transporte incrementaría la productividad puesto que daría a las empresas un mayor acceso a los mercados cosa que también les permitiría explotar economías de escala.
La falta de acceso a la financiación se ha señalado como una de las cuatro preocupaciones más importantes para las empresas en Colombia según el Foro Económico Mundial de 2012. En Colombia las microempresas y las pequeñas y medianas empresas representan el 99% de las empresas, el 80% del empleo en el sector privado y el 35% del PIB, pero sólo reciben el 14% de los préstamos para fines comerciales. El impuesto a las transacciones financieras encarece el crédito. Los recursos propios de las empresas son difíciles de conseguir y los obstáculos de acceso al crédito finalmente impiden que las empresas inviertan en nuevos métodos de producción más eficientes
Sobre la desigualdad se ha dicho mucho, Colombia es uno de los países más desiguales del mundo. La brecha entre los ingresos es alta, y en la mayoría de los países esta se acorta con la redistribución a través del sistema de impuestos y transferencias, sin embargo, en Colombia el efecto de esta redistribución es muy baja. Para la Ocde al aumentar el empleo formal mediante la disminución de los impuestos al trabajo y mediante la contención del aumento y la diferenciación del salario mínimo contribuiría a la reducción de la desigualdad. Agrega que fomentando un acceso equitativo a una educación de alta calidad para todos y reduciendo los gastos fiscales que benefician principalmente a los ricos; y reformando las transferencias a los hogares, son esfuerzos que debe hacer el gobierno para reducir la brecha de ingresos en el país.