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ANALISTAS

Apreciadas familias cafeteras

jueves, 14 de mayo de 2015
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A muchos de ustedes he tenido el honor de conocerlos personalmente en los últimos años. He tenido el privilegio de estar con ustedes, de oír sus inquietudes, de estar en sus casas, de conocer a sus familiares. Me siento orgulloso de haber sido durante seis años la cabeza de esta gran comunidad cafetera, de haber luchado hombro a hombro al lado de cada uno de ustedes y de haber alcanzado conjuntamente importantes logros para la caficultura colombiana. Es por eso que empiezo esta carta con mi más profunda y sincera manifestación de amistad, aprecio y gratitud. Gracias a cada uno de ustedes, amigos, contradictores y compañeros de trabajo, porque todos me han ayudado a ser un mejor intérprete de las preocupaciones y de los sueños de los caficultores.

Pocas organizaciones como la nuestra son tan democráticas y representativas. Prueba de ello es que hoy tuve la oportunidad de reunirme con los representantes de los 15 Comités Departamentales de Cafeteros del país, con quienes intercambiamos opiniones sobre los temas del sector y de la economía nacional. En el seno de ese foro esencial de nuestra arquitectura gremial presenté mis opiniones y expuse mis perspectivas sobre el devenir de la caficultura y en particular expresé mi optimismo acerca del futuro de nuestro sector.

Recordamos, por ejemplo, cómo en los últimos seis años vencimos los virulentos ataques del hongo de la roya y redujimos  la edad promedio de las plantaciones de 12 años a 7 años. Logramos incrementar productividad promedio en 50%, de 10,2 sacos de café verde por hectárea en 2009 a 15,3 sacos de café verde por hectárea en abril de 2015. A pesar de las inclemencias del clima que llevaron nuestra producción a un mínimo de 7,8 millones de sacos, logramos recuperarla hasta niveles históricos de 12,5 millones de sacos de café verde y con una tendencia creciente, resultado que encuentra su explicación en la renovación de 3.358 millones de árboles. Y nos hacíamos esta pregunta: ¿Cuántos sectores de la economía muestran una recuperación como el nuestro? ¿Cuántos sectores de nuestra economía se ha han transformado y puesto al día en asuntos tanto comerciales como ambientales?

Las estrategias trazadas dieron sus resultados: en la actualidad 197 mil fincas cafeteras han sido certificadas o verificadas para la producción sostenible de café y en los últimos seis años se generaron ingresos adicionales de cerca de US$60 millones para el beneficio de los caficultores y sus familias. Así mismo, revisamos con el Comité el avance imparable de las Tiendas Juan Valdez, que actualmente tienen presencia en 15  países a través de 314 locales, que generan utilidades significativas, así como importantes regalías por el uso de la marca que, al primer trimestre de 2014, ascienden a $53.000  millones a favor del Fondo Nacional del Café. También discutimos el posicionamiento de Buencafé como generador de valor para los cafeteros gracias a que en los últimos seis años produjo más de 49 mil toneladas de café procesado que fueron exportadas a 60 países.

No me canso de admirar el sólido cimiento democrático de nuestra institución. En efecto, la economía cafetera es una economía del pueblo. Las elecciones cafeteras registraron un 67% de participación electoral y se convirtieron en las elecciones privadas más grandes y representativas de un gremio en el mundo. En nuestro gremio caben todas las corrientes del pensamiento cafetero, tanto en los Comités Municipales y Departamentales de Cafeteros como en el mismo Comité Directivo como debe ocurrir en toda organización verdaderamente democrática. Y aunque a veces nuestras diferencias puedan tener momentos de crispación, estos se las tramitan de manera pacífica y civilizada como se caracteriza el talante cafetero . De eso se trata la convivencia. La convivencia cafetera.

El diálogo sobre todos estos avances y muchos otros asuntos de singular interés para nuestro gremio fue complementado con los significativos retos plasmados en nuestro Plan Estratégico, con el propósito de alcanzar la sostenibilidad de la caficultura. Nuestro Plan Estratégico cobra más relevancia para proteger a todos los caficultores y enfrentar unos precios internacionales altamente especulativos y volátiles definidos por las fuerzas implacables del mercado mundial y a cuya estabilidad deberán concurrir, como ya han hecho los gobiernos nacionales de turno que no pueden olvidar que cuando se habla de Federación Nacional de Cafeteros se habla de cerca de quinientas sesenta mil familias, cuyas congojas y vicisitudes mueven el alma de la nación.

Por último y por iniciativa propia, le planteé al Comité Directivo que tras 24 años en el gremio, de los cuales los últimos seis estuve al frente del mismo, era conveniente llevar a cabo una transición en la Gerencia General para dar inicio a lo que la institucionalidad establece para que el Congreso Nacional de Cafeteros elija un nuevo gerente general. Estoy seguro de que será alguien que entienda la complejidad de la caficultura y las necesidades de los caficultores colombianos.

Es por eso que en esta ocasión les escribo para expresarles mi más sincero agradecimiento a todos y cada uno de ustedes. En primer lugar a las gentes caficultoras de este país, a cada uno de los líderes gremiales, a los representantes del Comité Directivo y Nacional que me han acompañado en los últimos seis años. También a todos los colaboradores de la organización, a los extensionistas, científicos, a quienes laboran en la oficina central, en Almacafé y en los Comités de Cafeteros, a quienes han desarrollado con éxito nuestros proyectos industriales en Buencafé y han sido pieza clave en la presencia exitosa de la marca Juan Valdez. Todos, trabajando mancomunadamente y en equipo hemos alcanzado logros admirados mundialmente. Debemos estar orgullosos por haber hecho realidad una reconversión cafetera excepcional en los últimos seis años, reconocida internacionalmente como un caso de éxito, y de transformar la cadena cafetera.

Todo el reconocimiento y gratitud al presidente Juan Manuel Santos, quien inició su carrera dentro del gremio y desde el primer día de su gobierno nos acompañó y apoyó de manera decidida, efectiva y leal con apoyos que no tienen antecedente, así como a todos los ministros que han integrado el Comité Nacional de Cafeteros. La histórica ayuda del gobierno Santos con el PIC fue esencial para la sostenibilidad de la caficultura, que radica en que el precio tiene que ser remunerativo, en beneficio del mayor activo rural que tiene Colombia de cara a la paz: la caficultura.

Me voy contento y agradecido. Contento, por los avances logrados. Agradecido con los caficultores de Colombia que me han dado su apoyo y me distinguieron con el honor de representarlos en una institución que no me cabe duda es la institución colombiana más querida por sus compatriotas y más admirada en todos los continentes, así como un instrumento clave para alcanzar el  desarrollo rural y la paz en Colombia.

Por supuesto que hay retos. Y son los retos los que nos hacen grandes. Las familias cafeteras colombianas han demostrado que su fortaleza consiste no en cosechar los triunfos de las buenas épocas sino en saber navegar por los mares turbulentos de las malas. El futuro, como todo en la vida, traerá buenos tiempos y malos tiempos. Pero es la seriedad de nuestras metas la que nos permitirá vadear con pulso firme las crisis. Hoy existe una hoja de ruta clara y certera. Debemos estar unidos para seguirla y continuar nuestro paso para lograr mayores éxitos y alcanzar un progreso sostenido con bienestar para todos.

Al terminar por decisión propia mi gestión como cargo de Gerente de la Federación con la frente en alto: por haber alcanzado metas que parecían inconseguibles, por haber conocido el alma cafetera en profundidad, por haber aprendido desde la entraña cómo en este país nos levantamos de la nada y hacemos realidad cosas imposibles, porque no hay enfermedad, movimiento sísmico, adversidad climática, situación económica o calamidad pública, que pueda parar el impulso, convicción y carácter de nuestros caficultores.

Han sido 24 años en el mundo cafetero y durante los seis que he permanecido en este cargo he visto crecer un país, he sido testigo de excepción de grandes transformaciones sociales y productivas, resultados que hoy recogemos a manos llenas y que nos llenan de inmensa satisfacción como cafeteros y como colombianos. La cafetera es una raza distinta: centrada, trabajadora, honesta, frontera, generosa, colaboradora. Así da gusto trabajar, con gente que le enseña a cualquiera que no hay riesgo grande ni meta imposible. Por este mismo carácter que he descrito es que esta decisión no se debe interpretar como la de alguien que baja los brazos, sino la de una persona que tiene el bienestar de las familias cafeteras y sus comunidades como propósito de vida, para que lleguen nuevas corrientes, ideas y personas que sigan engrandeciendo a nuestro gremio, gremio que forma parte de nuestra identidad como nación y de nuestro corazón.

Felizmente, este mensaje coincide con el día de la Virgen María ante cuya protección pongo mis días futuros y estoy seguro de que ella siempre intercederá en favor de las familias que integran este casi centenario gremio cafetero al que seguiré perteneciendo mientras tenga aliento.

Con respeto, afecto y un enorme agradecimiento.

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