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Con una decoración inclinada hacia el estilo barroco, el proyecto de creación del restaurante empezó hace siete años, cuando tres socios tenían el sueño de establecer un lugar en donde las personas pudieran “disfrutar de la mejor comida italiana y una escenografía que se pareciera a una fábrica, por eso incluimos mobiliario antiguo, escaleras de un convento y los ladrillos de una demolición en La Candelaria para nuestra fachada”, agregó González, quien hace parte de los socios.
Para comenzar, en las entradas no pueden faltar los antipastos, como el mattone y el ingranaggio. También hay otras ofertas como el suppli o parmigiana di melanzane, con un precio que ronda los $20.000.
En los platos fuertes puede escoger entre pastas, ensaladas, carnes, pescados y pizzas, con precios que van desde $20.000 hasta $35.000. La crema de tomate se destaca como una de las especialidades de la casa, así como las pastas lunga, en donde puede escoger un fetuccine all’amatriciana, que es pasta fresca de espinaca, pomodoro, tocineta y picante, o el fettucine gru, que tiene tocineta, crema de leche y parmesano.
En carnes y pescados el ossobuco es uno de los más representativos, con guiso de ternera acompañado de risotto. También puede escoger el filetto al funghi, pesce rugula y el salmone vite. En las pizzas hay desde la tradicional napolitana hasta la quattro stagioni, la cual se divide en las cuatro estaciones, también esta la fondere que tiene cuatro quesos como el gruyere, tilsit, parmesano y azul.
Por otra parte, hay alrededor de 100 referencias de vinos argentinos, chilenos, italianos y españoles, y algunos blancos, rosados y espumados, que puede degustar por precios entre $67.00 hasta $128.000.
En La Fabbrica los horarios son de lunes a sábado de 12 del medio día, hasta las 3:00 a.m., y los domingos desde las 12 m hasta las 5:00 p.m.
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