“Hay una industria entera que se golpea por el mero hecho de utilizar música ilegal”

La salsa le debe la vida a Colombia. Eso dice nada menos que Gilberto Santa Rosa, en una conversación ‘Al paredón’ con el periodista Jorge Hernán Peláez.

El ‘Caballero de la Salsa’ aboga por las descargas legales de música y cuenta cómo intentó ser restaurantero, de lo cual solo le quedó el vino. Además, recuerda proyectos que tenía pendientes con Jairo Varela, del grupo Niche, y cómo aprendió de impuestos con un maestro que bien le pudo enseñar también de salsa: Rubén Blades.

Estamos en un diario económico y quisiera preguntarle algo que es duro para los músicos. La industria ha cambiado desde los años 90 (cuando usted se hizo famoso por acá), se desarrollaron los MP3 y la gente empezó a bajar música ilegalmente. La música desde entonces ha cambiado, ¿cómo le ha tocado sufrir al artista esa parte económica?
La música cambió y específicamente los discos. Yo soy de las personas que piensa que la música siempre se va a consumir, lo que ya no se va a consumir son los discos físicos. Toda la tecnología digital trae muchas cosas buenas pero también trae muchas cosas negativas como es el caso de la piratería. El problema real en la piratería es la calidad de la música, la facilidad con que se baja. Hay maneras legales de bajar esa música, el problema real es que la mayoría de las personas lo hace ilegalmente, y eso hace que golpee.

La gente tiene la percepción equivocada de que el único que se afecta con la piratería es el artista, no piensan que es una industria entera la que se afecta. Padres de familia que dejan de devengar su salario, gente que imprime los discos, artistas gráficos, promotores, etc. Hay una industria entera que se golpea por el mero hecho de utilizar música ilegal. Yo puedo entender que el formato de un disco a usted no le convenga, pero hay formas de bajar esa música legalmente para que la industria no sufra tanto.

Dicen muchos artistas de todos los géneros que vienen a Colombia, que el país sigue siendo un mercado importante a nivel de presentaciones y shows a diferencia de otros países de la región, donde la música ha bajado a un segundo nivel.

Específicamente el género que nosotros hacemos le debe a Colombia la vida. La salsa vive porque Colombia existe, y con todos los salseros que tú hables te van a decir lo mismo. Además todavía el público colombiano gusta de tener el disco físico, entonces eso todavía es una ventaja importante para los artistas y para los colombianos, porque entonces el país también tiene otra fuente de trabajo importante.

Es cómo ve la realidad, ya que usted insiste en que sigue lanzado discos (de hecho tiene uno que está recientemente trayendo a Colombia). Con esta apuesta a nivel económico, ¿cómo la ve en el mercado? ¿Se ve vendiendo discos todavía?
Todos los artistas tenemos una base de bancos de fanáticos que son incondicionales. Son los que siempre mantienenen la venta de los discos. A ellos les gusta tener el disco físico y el trabajo en físico. Les gusta la tecnología pero prefieren tener el disco en su casa y mostrárselos a sus amigos. La mayoría de los artistas que todavía vendemos discos es gracias a la colección de esos fans. Los números nunca son iguales pero ahora hay una cifra importante que permite que las compañías tengan interés en hacer discos, porque tienen su catalogo para defenderse.

A usted le tocó pensar en su momento en complementar los ingresos de su carrera con otra cosa. ¿Alcanzó a pensar en que no iba más con la música, o siempre ha creído 100% en ella?
Me estoy ríendo porque así lo hice pero fracasé rotundamente. Yo quise ser restaurantero, pero nada que ver. Fue una experiencia interesante a pesar de lo negativo. Lo único que me gané de ese negocio fueron problemas, deudas y buenos vinos, porque cuando cerré la tienda me quedé con el inventario de vinos. El negocio tenía un poco de lo que yo hago, porque tenía un lugar donde había un teatro pequeño, era un sitio cabaret donde se presentaban artistas. Esa parte dio mucha satisfacción y estaba muy clara porque lo que no daba el restaurante, la música lo salvó. Mucho dinero después me di cuenta que eso no era lo mío, pero no me arrepiento porque traté de hacer un taller de trabajo en un momento donde el empleo estaba complicado.

De Colombia se nos fueron en los últimos meses dos grandes leyendas de la salsa, como son Joe Arroyo y Jairo Varela. ¿Alguna vez tuvo la oportunidad de hablar con ellos?
Si, nosotros nos presentamos en Estados Unidos, trabajamos mucho tiempo juntos. Con Joe par de veces pero con Jairo mucho. Inclusive aquí en una gira corta recuerdo que conversamos y Jairo tenía una idea de hacer un disco con diferentes artistas. Lamentablemente los dos se fueron en un momento muy temprano. El equipo de la música de salsa perdió dos integrantes importantes. La parte buena de todo es que su gente los recuerda con cariño. Siempre que tengo la oportunidad le digo al grupo Niche que conserven ese legado y que defiendan la trayectoria tanto de Jairo como de Niche.

Ya que estamos en un diario económico, le quiero hacer esta pregunta porque muchos grupos se quejan de los impuestos. ¿Cómo lo maneja usted?
La única solución con los impuestos es pagarlos. Además es un problema que te agarra y te puede echar a perder la vida entera. Mi recomendación es que una vez te aplaudan, vete y paga tus impuestos.

Para todos los artistas y grupos que viajamos mucho, nos debemos informar para saber cómo se rinden ese tipo de impuestos porque puede haber confusiones con las leyes de diferentes países. El impuesto es una cosa que la aprendí del maestro Rubén Blades, que decía que de cada dólar, sacaba el porcentaje de impuestos, y de cada contrato pagaba sus impuestos. Llevando esta contabilidad nunca he tenido problemas.

Los músicos no son muy juiciosos en los números….
La cosa ha cambiado. Porque quizás cuando tu tienes 20 años tienes manera de resolverlo más tarde, pero a mi edad debo pensar en ir eliminando problemas de mi camino.