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Silverio Gómez, autor de ‘El Desastre anunciado del último Aureliano’
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Silverio Gómez escribió el libro ‘El Desastre anunciado del último Aureliano’, en el que analiza los tres años de la presidencia actual y qué atributos debe tener el sucesor
Acaba de entrar en circulación el libro ‘El Desastre anunciado del último Aureliano’, escrito por el periodista y economista Silverio Gómez, en el que se hace una evaluación de los tres años del gobierno de Gustavo Petro. En seis capítulos, revisa aspectos como el ‘acuerdo nacional’, los resultados económicos, la situación fiscal, la descentralización, la transición energética en petróleo y gas y la ilegalidad minera. Como cierre, el autor plantea escenarios para el último período y las cualidades del próximo presidente.
La herencia que deja Petro son descalabros económicos, fiscales y energéticos. La economía colombiana creció en promedio 4% en los últimos cinco gobiernos. Entre 2023 y 2026, escasamente alcanzará un promedio anual de 2%, 50% por debajo de lo que va de este siglo, lo cual es un claro empobrecimiento relativo de los colombianos en este gobierno.
Si se quiere volver al nivel de riqueza que se traía en 2022, se necesita que el PIB crezca entre 2027 y 2030 6,2% promedio anual lo que resulta no realista y por eso en el libro se dice que pasarán más de 4 años, 11 meses y dos días que duró lloviendo Macondo para recuperar la riqueza perdida.
El golpe al tejido empresarial ha sido contundente. De acuerdo con datos de Confecámaras, entre 2022 y 2024 se liquidaron 734.131 empresas registradas, contra 628.294 en los tres años anteriores incluyendo la pandemia. En el gobierno Petro se liquidaron 105.837 empresas más que en el período anterior, motivado por la caída de la inversión y el ambiente negativo promovido desde una reforma tributaria que llegó a plantear recaudar $75 billones.
Las empresas creadas en 2024 fueron 297.400, el peor registro desde 2028 si se excluye el año de la pandemia. Por más que se pidió un plan de reactivación nunca se adoptó.
La realidad es contundente. Su planteamiento inicial de ese acuerdo el 7 de agosto fue muy gaseoso y es quizá uno de los elementos de su contundente fracaso. No hubo acuerdo con el Congreso, ni los partidos, ni las cortes, Banco de la República, ni con mandatarios locales y regionales, ni el sector privado del que desde el comienzo decidió vengarse, ni con la academia, ni con aliados y ni siquiera con su mismo equipo al tener 59 ministros al comenzar su cuarto año, uno cada 19 días.
Ahora, a 12 meses de irse, no se conoce una evaluación seria de su plan de desarrollo, eso es, desacuerdo, descoordinación e improvisación. Y al interior del gobierno reina la pugnacidad y el maltrato hacia ministros. En siete carteras ha habido cuatro ministros y cinco en la del Interior. Inestabilidad total.
Han sido permanentes los ataques al sector privado en todos los frentes, acusándolos de explotadores, evasores, conspiradores y hasta contrabandistas. En lenguaje ha sido hostil con industriales, comerciantes, constructores de vivienda e infraestructura, empresas de salud, exportadores e importadores, comercializadores de energía, petroleras y empresas de medios, entre otros. Es una venganza montada desde el 2022, luego que los gremios apoyaron al candidato Duque en el 2018.
En “El desastre anunciado del último Aureliano” se cuenta la historia del mal ambiente del mandatario contra presidentes de gremios como Andi, Fenalco, Fasecolda, Camacol, ACP, Confecámaras y Federacafé y del desconocimiento de muchos funcionarios a los gremios ha sido desobligante y lo de la Federación de Cafeteros de mal gusto.
En el discurso de posesión Petro ni siquiera aludió una vez a gobernadores y alcaldes y luego con las elecciones de octubre de 2023, derrota fuerte para los partidos de gobierno, el mandatario inició una campaña de discriminación contra los gobernadores que terminó devolviéndosele pues ellos se unieron a sus bancadas para reclamar mayor autonomía y recursos. Y están a punto de lograrlo con la ley de competencias, que no debe entregársele al “manzanillo” de Benedetti sino al próximo gobierno.
Ni los ministros de Hacienda ni el segundo jefe del DNP asistieron a los debates en el Congreso lo que demostraba el desprecio por el tema. Hoy hay una gran oportunidad de recordar las diferencias regionales que los ex ministros de hacienda deberían apoyar más y los candidatos tomar en serio el tema.
El desastre anunciado fue evidente en el tema de energético y minero ni siquiera por la narrativa de la transición energética que se hace desde hace 150 años en el mundo sino en la forma que el gobierno la ha impulsado al cancelar nuevos contratos en petróleo y gas abruptamente y en minería, contra toda evidencia en el mundo que pregona el cambio a 2050.
En América Latina se han firmado más de 230 nuevos proyectos para la explotación de recursos naturales entre 2023 y 2025 en Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Perú y México y en Colombia no ha firmado uno y el país va a pagar muy caro esa irresponsabilidad fiscal, y energética y los consumidores sufrirán con la factura brutal de gas domiciliario en los próximos años. El apoderamiento de la ilegalidad en la minería es de grandes dimensiones.
El descalabro fiscal es debatido y será otra herencia negativa de Petro: un déficit de $130 billones de pesos con un gasto burocrático desbordado, malos cálculos de recaudos, una parálisis en la inversión pública y una deuda sin precedentes. Con cuatro ministros de Hacienda no se puede tener credibilidad.
En el libro se incluye ‘La despedida de Aureliano’ para el último año y con la ayuda de la inteligencia artificial se hace un ejercicio con cuatro escenarios posibles, desde el más pesimista hasta el optimista y se incluye una aproximación de las cualidades del sucesor, 44 atributos con alta, media y baja relevancia para que el lector decida, teniendo en cuenta la frase del profesor Mauricio Gaona, “al próximo gobierno le corresponde los mayores retos de la historia. Necesitan al gobierno más calificado que hayan tenido”.
Ha sido un gobierno incoherente, irresponsable, incumplido, ineficiente, descoordinado, disfuncional, mentiroso, superficial, manipulador, corrupto, vengativo, sectario y dañino. Un presidente que nunca dejó de ser candidato. Campean la inseguridad, la inseguridad y el despilfarro.
Una factura demasiado costosa le queda al país, pero que con trabajo y sacrificio se saldrá adelante. La ilusa narrativa equivocada de este gobierno es que la riqueza la genera el gobierno y no los particulares lo cual es una visión anacrónica que le está haciendo mucho daño a Colombia.
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