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Desde el jueves, cartageneros y turistas tuvieron la oportunidad de conocer las fragatas, en su mayoría buques escuela, de manera gratuita, realizando extensas filas, pero el sacrificio valía la pena.
Además, sus tripulantes, cerca de 1.500, tuvieron sus correspondientes permisos para tener la oportunidad de disfrutar de la magia de Cartagena. Todo esto por turnos, pues la embarcación jamás podía quedar sola.
Entre los visitantes, cientos de niños de colegios de las zonas más pobres de Cartagena y municipios cercanos, pues pese a ser un evento de ingreso gratuito, ni ellos ni sus familias suelen contar con los recursos para los traslados a la Sociedad Portuaria o el muelle La Bodeguita.
Por eso, La Armada Nacional, organizadora de este evento, dispuso de transporte y refrigerio para todos estos niños que sin duda quedaron maravillados con la experiencia de conocer, por dentro y por fuera, una fragata velero.
Estas embarcaciones y sus tripulantes continuarán su viaje que comenzó, meses atrás, en Brasil, pasó por Argentina, cruzó el mítico paso de Cabo de Hornos para dejar el océano Atlántico y subir por el Pacífico para llegar al puerto inspirador de Neruda, Valparaíso, pasar por Callao, algunos puertos de Ecuador, vivir la experiencia única de pasar por el canal de Panamá.
Ahora, visitarán varios puertos de Centroamérica, hasta llegar a Veracruz, México, donde cada una de las fragatas y buques tomarán distintos rumbos hasta que se encuentren, en cuatro años, en una edición más del Sail Cartagena.
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