Ricardo “Chiqui” Pereyra

Ricardo “Chiqui” Pereyra, una de las voces más reconocidas del tango argentino y referente indiscutido de la música ciudadana durante más de cuatro décadas, falleció en Buenos Aires a los 74 años, dejando un legado profundo en la historia del género.

A través de sus redes sociales, su hija confirmó su muerte. "Con todo el dolor del mundo debo comunicarles el fallecimiento de 'El Chiqui'. El milagro que no llegó, el pronóstico que era predecible, pero aun así no perdíamos la fe".

La noticia de su fallecimiento fue recibida por organismos culturales y referentes del ambiente artístico, que lamentaron la partida de un intérprete que supo combinar respeto por la tradición con una identidad vocal propia. Pereyra murió tras no lograr recuperarse de las lesiones sufridas en un accidente doméstico ocurrido a comienzos de diciembre, que lo mantuvo hospitalizado durante varias semanas.

Nacido el 26 de junio de 1951 en General Roca, Río Negro, Ricardo Daniel Pereyra descubrió desde muy joven su vínculo con el tango, género que marcaría su vida personal y artística. Su salto a la escena nacional se dio en 1978, cuando participó en el histórico programa televisivo Grandes Valores del Tango, conducido por Silvio Soldán.

Su desempeño fue tan sólido que no continuó como concursante: fue incorporado directamente como cantante estable, un hecho poco frecuente que marcó el inicio formal de su carrera profesional.

A partir de entonces, Pereyra se consolidó como una presencia habitual en los principales escenarios del país y en programas emblemáticos como Botica de Tango. Su voz grave, potente y de fraseo clásico lo convirtió en un intérprete respetado tanto por el público como por los músicos y críticos especializados.

A lo largo de su trayectoria grabó más de una docena de discos, muchos de ellos junto a orquestas tradicionales, y realizó extensas giras dentro y fuera de Argentina, llevando el tango a escenarios internacionales.

Su repertorio estuvo atravesado por los grandes autores del género, pero también por una impronta personal que lo distinguió entre sus contemporáneos.

El reconocimiento a su carrera llegó en múltiples ocasiones. En 1995 recibió el Premio Konex como uno de los cantantes masculinos destacados del tango, y en 2007 fue galardonado con el Premio Santos Vega, uno de los máximos honores de la música popular argentina. Estos premios consolidaron su lugar como una figura central del tango de las últimas décadas.

Además de su labor discográfica y escénica, Pereyra participó en proyectos audiovisuales y cinematográficos vinculados al tango, contribuyendo a la difusión del género en nuevos formatos y públicos.

Su compromiso con la música ciudadana se mantuvo activo hasta sus últimos años, con presentaciones en teatros, festivales y espacios culturales.

Ricardo “Chiqui” Pereyra es recordado como un cantor fiel a la esencia del tango, dueño de una voz inconfundible y de una carrera construida con constancia, respeto por la tradición y profunda conexión con el público.