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Su liderazgo salvó una misión condenada y unió al mundo en una de las hazañas más recordadas de la historia aeroespacial
Jim Lovell, el astronauta estadounidense que comandó la fallida pero histórica misión Apolo 13, falleció a los 97 años. La Nasa lo recordó como el hombre que “convirtió una tragedia potencial en un éxito”, al lograr que su tripulación regresara sana y salva a la Tierra tras una explosión a bordo, a cientos de miles de kilómetros del planeta. Su figura fue clave en la historia del programa espacial, tanto por su papel en esa misión como por su participación en el Apolo 8, el primer viaje tripulado que orbitó la Luna.
Lovell fue el primer ser humano en ir dos veces a la Luna, aunque nunca llegó a pisar su superficie. En abril de 1970, lideró la tripulación del Apolo 13, junto a Jack Swigert y Fred Haise, cuando una explosión en el módulo de mando obligó a abortar el alunizaje. Con recursos limitados, temperaturas extremas y sistemas averiados, lograron sobrevivir usando el módulo lunar como improvisado bote salvavidas.
La frase que inmortalizó la misión “Houston, hemos tenido un problema” marcó una de las mayores crisis espaciales del siglo XX. El mundo contuvo la respiración hasta que los tres astronautas aterrizaron sanos en el Pacífico. La misión, aunque fracasada en su objetivo, fue un triunfo del ingenio humano.
Nacido en 1928, Lovell soñaba con volar desde niño. Su interés por la cohetería comenzó cuando, con solo 16 años, construyó un cohete casero que estalló tras elevarse 24 metros. Su pasión lo llevó a la Armada estadounidense, donde se formó como piloto. Tras la Guerra de Corea, ingresó en la Academia Naval y luego fue seleccionado por la Nasa como parte del grupo de los “Nuevos Nueve”, junto a Neil Armstrong y John Young.
Su primer vuelo espacial fue en 1965 a bordo del Gemini 7. Luego comandó el Gemini 12 junto a Buzz Aldrin, antes de participar en la icónica misión Apolo 8, la primera en orbitar la Luna. Fue Lovell quien leyó en vivo el Libro del Génesis en Nochebuena de 1968, mientras la humanidad veía por primera vez la Tierra elevarse desde el horizonte lunar: una imagen que cambió para siempre la perspectiva del planeta.
Tras su retiro de la Marina en 1973, Lovell se mantuvo activo como conferencista y autor. Su libro Lost Moon inspiró la exitosa película Apollo 13 (1995), donde Tom Hanks lo interpretó. Lovell tuvo un breve cameo en la producción, pero se negó a vestir un uniforme de almirante: “Me retiré como capitán, y capitán seré”, dijo con humildad.
Casado durante más de 70 años con Marilyn Gerlach, quien falleció en 2023, Lovell fue recordado por su familia como un hombre de humor, optimismo y fe inquebrantable. “Nos hacía sentir que podíamos lograr lo imposible”, expresaron en un comunicado.
Jim Lovell no solo fue un héroe del espacio, sino un símbolo de templanza, liderazgo y humanidad ante la adversidad. Su legado seguirá orbitando en la memoria de quienes miran al cielo en busca de inspiración.