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A inicios de este año, se desarrolló un plan piloto para permitir la primera escritura de compraventa 100% digital en Colombia y en América Latina, un hito para acelerar la dinámica del sector
El 2020, en contra de varios pronósticos, fue un año histórico para la venta de vivienda en Colombia: más de 176.000 unidades adquiridas y un alza de 8% con relación al año anterior. Bajo esa misma tendencia, 2021 se perfila con un marco incluso mejor, pues los 55.000 inmuebles comercializados durante el primer trimestre superaron en 25% el registro del mismo periodo del año pasado.
Ante ese escenario, y adicional al valioso impulso institucional y las favorables condiciones del mercado -bajas tasas de interés, subsidios, facilidades de pago y preferencia por la vivienda como activo, entre otros-, vale la pena resaltar el papel que ha venido jugando la tecnología para aportar a los ambiciosos objetivos del Gobierno nacional.
Por un lado, si se tiene en cuenta que al día de hoy la forma de comprar casa no tiene mayor diferencia con respecto a la de hace 20 años, resulta comprensible la afectación que tuvo la dinámica del mercado inmobiliario durante los primeros meses de la pandemia. Aspectos como visitar una sala de ventas, desplazarse para conocer el inmueble, entregar documentos presencialmente y realizar trámites notariales, se vieron ante la necesidad de apoyarse en la virtualidad para no detener su operación.
Bajo tal panorama, por poner un ejemplo, a inicios de este año se desarrolló un plan piloto para permitir la primera escritura de compraventa 100% digital en Colombia y en América Latina. Tal hito supuso un nuevo paso de la industria hacia la consolidación de un ecosistema digital capaz de responder a las exigencias del mercado contemporáneo.
Gracias a dicho desarrollo, un proceso que era estrictamente presencial, que demandaba varios documentos físicos y que, usualmente, llegaba a tomar meses, pasó a ser una cuestión de pocos días y de una firma digital desde la seguridad de la casa.
Este simple cambio abre la puerta para que en un futuro próximo la compra remota de vivienda desde otras ciudades del país o, incluso, desde el exterior, pueda acelerarse en toda Colombia.
Por otra parte, es importante mencionar que los beneficios de la innovación inmobiliaria no se limitan al comprador de vivienda. Los constructores y desarrolladores de proyectos residenciales también encuentran beneficios tangibles en la digitalización, lo cual, de cara a la reactivación social y económica del país, resulta muy estratégico, pues es uno de los renglones productivos que más aporte genera.
De hecho, para inicios de año, de acuerdo con cifras de la cartera de Vivienda, el sector ya generaba más de 1 millón de empleos en el país.
Es tal el grado de optimización tecnológica que, actualmente, los constructores pueden acelerar sus puntos de equilibrio en hasta un 60% y vender la totalidad de sus unidades de forma virtual.
Casos como el de Cabrera 85-12 de la constructora Habitus, en el norte de Bogotá, que por medio de La Haus logró su punto de equilibrio en 48 horas y vendió por completo el proyecto en 14 días, son muestra del impacto que las proptech ya tienen en Colombia.
Así las cosas, hablar del mercado inmobiliario del país es hablar del ecosistema digital que empieza a germinar en él. Lo que parecía un concepto lejano y de difícil aplicación es hoy una realidad que incide en el dinamismo de uno de los renglones más representativos de la economía nacional. En lo digital están las oportunidades y en lo digital está la competitividad de todo un sector.
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