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Generan 163.000 puestos de trabajo
La transferencia de conocimiento, los altos índices de competitividad y la posibilidad de ofrecer servicios de punta desde un modelo completamente diferencial y único, ha incentivado a las empresas internacionales y locales a alojarse en zonas francas de servicios. Lugares que hoy se construyen bajo la estructura de parques de negocios y tecnología, y ofrecen beneficios tributarios, aduaneros y mayores oportunidades comerciales.
Esto, que ya es una realidad en ciudades como San José de Costa Rica, Montevideo o Panamá, empieza a vislumbrarse en Colombia gracias a la entrada en vigencia del decreto 2147 de diciembre de 2016. Esta nueva regulación simplifica los tiempos de autorización, disminuye los trámites relacionados con los procesos, haciendo más fácil y simple la aparición de nuevos jugadores empresariales al mercado, captando mayores inversiones y otorgando oportunidades de empleo formal y calificado.
Los parques de negocio ofrecen espacios diseñados específicamente para actividades de servicios, así como una infraestructura de talla mundial capaz de ofrecer servicios de negocios (inmateriales) tan variados como el desarrollo y/o comercialización de software (ITO), la tercerización de procesos administrativos (BPO), operaciones cautivas de procesos administrativos (Centros de Servicios Compartidos), y servicios jurídicos o arquitectónicos (KPO), entre muchos otros.
Así las cosas, las zonas francas se han convertido en generadoras de 163.000 puestos de empleo entre directos e indirectos y son un polo estratégico para la atracción de inversión gracias a los beneficios que ofrecen al sector empresarial, de acuerdo a información revelada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT).
Al mismo tiempo, las zonas francas de servicios ofrecen un espacio idóneo para la competencia local y regional de las empresas con miras a la internacionalización en el mercado, lo cual contribuye a mejorar el posicionamiento de Colombia en el mundo. En este sentido, Colombia no está sola en el mercado. Existen países y ciudades que se destacan por su oferta de zonas francas y que compiten por la inversión extranjera en el sector y su consiguiente generación de empleo. Así, ciudades como San José de Costa Rica o Montevideo, han conformado una atractiva oferta de zonas francas para el sector servicios. La combinación de incentivos tributarios y características de la mano de obra disponible en cada ciudad, inclinarán la balanza para determinada ciudad, a la hora de elegir la localización para cada proyecto.
Bajo este contexto de competencia, en el actual régimen de zonas francas en Colombia, los usuarios Industriales de Servicios no pagan IVA ni aranceles sobre los activos productivos fijos que importen desde cualquier parte del mundo, tienen una tarifa única del impuesto sobre la renta de 20% y se mantiene la reducción en impuestos parafiscales y demás gastos patronales que rige en el territorio aduanero nacional.
Sin duda, este tipo de zonas francas aumentan y diversifican el comercio exterior de bienes y servicios, impulsan el desarrollo empresarial de una manera sólida e innovadora, atraen la inversión extranjera, generan nuevos empleos y pone a Colombia como un destino de clase mundial, atractivo y sostenible para impulsar el comercio exterior.
Las zonas francas de servicios llegaron para romper el modelo tradicional de zonas francas con bodegas, fábricas y camiones, convirtiéndose en centros empresariales orientados a las personas, con cómodos y seguros espacios de trabajo, zonas verdes y de recreación, servicios de apoyo, edificios de oficinas de punta para las empresas y amenities pensados para atraer el mejor talento.
Podemos decir que son una extensión del campus universitario, una transición del estudio al mercado laboral, manteniendo el mismo ambiente de trabajo.