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Navegar por el Río Magdalena

jueves, 31 de julio de 2014
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Cesar A Lorduy Maldonado

García Márquez en sus novelas El amor en los tiempos del cólera (1985) y El general en su laberinto (1989) muestra diferentes facetas sobre el Río Magdalena que van desde el debate sobre la conveniencia de habérselo entregado desde la época de la independencia el monopolio del transporte fluvial a Juan Bernardo Elbers, hecho que consideró perjudicial para la navegación y su desarrollo, hasta la destrucción del río y de sus orillas, por culpa de los gobiernos que no hicieron nada por su recuperación, tal como lo expresa en sus memorias Vivir para contarla.

La visión del Río Magdalena por García Márquez, no desconoce que dicha arteria fluvial ha sido la espina dorsal en la formación del Estado colombiano, que ha logrado integrar lo que era un fragmentado territorio, gracias entre otras, a la batalla conocida como la del bajo Magdalena de 1812, ganada por Simón Bolívar.

A pesar de lo anterior, el Río Magdalena siempre ha sido un objetivo, para bien o para mal. Todas las guerras civiles y de otra naturaleza lo han tenido como propósito, y otros como los hidroaviones en su época y después el ferrocarril que en sus inicios era un medio para llegar al mismo, se convirtió en su competencia.Hoy, cientos de años después, al fin con el mismo se tiene la finalidad no solo de recuperarlo, sino de alejarlo de la guerra y convertirlo en lo que algún día el mismo García Márquez, lo llamara: la esperanza.

Para lo anterior, el Gobierno del presidente Santos en marzo 6 de 2012, en desarrollo del Acuerdo de Prosperidad N° 64 celebrado en Barranquilla, anunció que era la hora de poner en práctica la tan anhelada recuperación del Río Magdalena, que desde Bolívar se había soñado, y para ello le dijo al doctor Augusto García, director de Cormagdalena: ‘Usted tiene un propósito, hacer cumplir esta promesa de campaña, hacer navegable el Río Magdalena.

Desde esa fecha para acá, no solo ha pasado mucha agua por el Río, sino que la meta presidencial para bien del país está a punto de ser una realidad, ya que la inversión pública de $2,5 billones, está totalmente asegurada, con la ventaja para el país, que al final del plazo contractual revertirán al Estado las obras de encauzamiento que garantizarán la navegabilidad en los 256 kilómetros (km) del tramo comprendido entre Puerto Salgar y Barrancabermeja.

Después de casi dos años de trabajo, el proyecto total que consiste en recuperar la navegación de 908 km, que van desde Puerto Salgar/La Dorada hasta Barranquilla, tramo en el que están ubicados 57 municipios y más de 6 millones de habitantes, que se beneficiarán de dicha obra, está casi listo. Y el próximo 15 de agosto, si el proponente Navelena, el cual se encuentra integrado por la Constructora Norberto Odebrecht con una participación del 86,77% y la compañía Valores y Contratos (Valorcom) con el 13,33%, cumple con las condiciones de los pliegos, se inicia la etapa final que permitirá iniciar obras en un término aproximado de 10 meses, y los primeros resultados dentro de los 6 meses siguientes.

Odebrecht, viene al país con una experiencia por una parte en dragado de 17.752.831 de m3, volumen 4 veces mayor al exigido en la licitación, luego de haber participado en la obra de dragado de profundización y manutención del canal de acceso al Puerto de Río Grande en Brasil, y por la otra de 8.890.893.53 m3 en colocación de enrocado, volumen casi 4 veces superior al exigido en la licitación, tal como lo indican la obras de aprovechamiento hidroeléctrico, realizadas por su empresa matriz en el Río Jequintinhonha y en la Construcción de la Usina Hidroeléctrica. De acuerdo con lo establecido en el segundo inciso del artículo 2º de la Ley 816 de 2003 y con el fin de ganarse los 100 puntos en ese renglón, Odebrecht decidió concurrir con la industria nacional en el máximo porcentaje posible, y bajo la condición de que en el caso en que solo exista una oferta evaluable, se le procederá a adjudicar la licitación pública al precalificado oferente que hubiere presentado la oferta evaluable, siempre y cuando el valor de su oferta económica sea mayor o igual al 80% del valor máximo establecido en el pliego, ya que una oferta por un porcentaje inferior al citado, se considera artificialmente baja. Casos de una sola oferta evaluable ya se han presentado en Colombia, siendo el más reciente, la presentada ante la ANI para la Concesión Autopista Conexión Pacífico 2, por el consorcio Estructura Plural P.S.F Concesión La Pintada, al final ganador del proceso.

La Procuraduría y un grupo de expertos de las más altas calidades como Juan Carlos Esguerra, Gilberto Saa y Francisco Daza, han participado y garantizado la transparencia del proceso, y gracias a su concurrencia, y al trabajo desarrollado por Cormagdalena, pronto el Río de la esperanza y la paz, será navegable por todos, y no solo por una caracola turística en plan de recreación.

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