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Los fideicomisos inmobiliarios son un vehículo impulsor de la construcción en el país. La confianza, la administración de recursos, la separación patrimonial de los bienes, su financiación y la garantía de destinar los bienes al desarrollo de un proyecto, son algunas de las innumerables ventajas que estos vehículos brindan a desarrolladores, dueños de tierra, adquirentes de vivienda, bancos hipotecarios y el Estado. Estos fideicomisos están presentes en todas las etapas de un proyecto. Veamos:
En su fase previa, antes que comience la construcción, el desarrollador celebra con la fiduciaria un contrato conocido como ‘preventas’ en el que se fija condiciones técnicas, financieras, jurídicas y comerciales que deberá cumplir para que el proyecto sea viable. Le permite al desarrollador conocer la viabilidad del proyecto en ventas y la capacidad de cumplir esas condiciones en un plazo. Para el comprador, genera la tranquilidad de saber que los recursos se destinarán a un proyecto que es viable.
Durante la construcción, opera un contrato denominado Fiducia Inmobiliaria: una estructura más completa y segura, ya que el fideicomiso es el propietario del inmueble donde se realiza la construcción u obra y recibe los recursos de los interesados en adquirir unidades inmobiliarias, adquiere pólizas de seguros, puede adquirir el crédito con un banco y destina los recursos a que se haga la obra.
Los bienes constituyen un patrimonio autónomo independiente del constructor, que se crea con la finalidad específica de desarrollar el proyecto, situación que genera confianza y transparencia.
Hay diferentes tipos de fiducia inmobiliaria, entre otras, con promitentes compradores y con beneficiarios de área; en la primera el pago del precio se realiza únicamente en la cuenta del fideicomiso y el constructor, a través del fideicomiso transfiere la unidad inmobiliaria, terminada su construcción. Con Beneficiario de Área, una estructura totalmente vigente gracias a las ventajas que otorga a todas las partes, el adquirente de la unidad se vincula al fideicomiso a través de aportes para recibir a cambio un inmueble a la finalización del proyecto como resultado de su participación.
En estos momentos de la economía, figuras como las anteriores son aún más necesarias y útiles, generando confianza y eficiencia para proyectos de vivienda, centros comerciales, centros empresariales, entre muchos otros proyectos que día a día contribuyen al desarrollo del país.