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Una vez celebradas las elecciones y con la gran duda del ganador disipada, el foco de atención se traslada a otro actor principal, que como no podría ser de otra manera, se trata de la maltrecha economía de Venezuela. En este contexto, es importante e inevitable preguntarse, ¿cómo recibe Venezuela al ganador de los comicios electorales?
Tal como han mostrado las encuestas y estudios realizados durante la carrera electoral, los problemas que han hecho que la imagen internacional de Venezuela esté tan deteriorada no es el clima social, sino aspectos económicos como una alta inflación, el fuerte control cambiario, la baja confianza del sector privado y la poca eficiencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Este último punto, el de Pdvsa, es de especial importancia según Ronal Rodríguez, profesor e investigador del observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. 'La economía venezolana muestra muchos problemas, particularmente porque la administración de Chávez ha mostrado sus falencias en la vigilancia de los proyectos. Se puede considerar que lo más grave es el manejo de petróleo ya que Pdvsa tiene debilidades estructurales y mucha carga social, lo que hace que la empresa no pueda mostrar un buen nivel de competencia'.
El problema, según los expertos, es que la gran dependencia que el país tiene con su producción petrolera hace que esta 'enfermedad holandesa' disminuya al resto del aparato productivo, algo que vulnera la economía venezolana.
Aún así, Pdvsa no será el único 'dolor de cabeza' para el Gobierno en los próximos años, ya que el nivel de inflación que presenta, aspecto que desestimula el ahorro y devalúa la moneda, y el restrictivo sistema cambiario, que dificulta las transacciones en moneda extranjera, daña el desempeño general de la economía.
Al final, todos esos problemas puntuales se traducen en algo mucho mayor: la falta de competitividad del país frente a naciones extranjeras.
En el índice de competitividad del Foro Económico Mundial, Venezuela aparece en la posición 126 de 144, una mala clasificación explicada por el mal funcionamiento de las instituciones públicas, la poca competencia doméstica, la dificultad de empezar nuevos negocios, la rigidez para la inversión extranjera y la poca flexibilidad nacional.
Para José Manuel Restrepo, rector de el Colegio de Estudios Superiores en Administración (Cesa), 'Venezuela es un país muy deteriorado en su estructura económica y productiva, a lo que hay que sumar la falta de confianza que los inversionistas extranjeros tienen en la nación y la falta de credibilidad de su modelo. Además el mismo gobierno ha minado su capacidad, y todo esto hace que no sea una economía interesante para invertir'.
'Si se combina la falta de seguridad jurídica para los empresarios privados y el problema del tipo de cambios, la falta de competitividad es clara. Los ingresos del petróleo han financiado un gasto público muy desordenado y gigantesco y no ha resultado en acumulación de capital o nuevas empresas, porque el presidente no cree en las empresas privadas. Eso es una clara desventaja a la hora de invertir en Venezuela', añadió José Guerra, economista de la Universidad Central de Venezuela.
Es por esto que los retos principales a los que se enfrentará el ejecutivo del país durante los próximos años son, según las palabras del profesor de la Universidad del Rosario, 'la recuperación del sistema productivo; la renovación de Pdvsa para quitar una carga pesada que asfixia a la economía; el tipo de cambio, un tema que llevará tiempo y habrá que hacerlo con cuidado para evitar una fuga de capitales y la recomposición de las relaciones internacionales', concluyó.
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