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Más de 1.200 personas han firmado una petición en línea pidiendo al gigante de la telefonía móvil que corte los lazos con Patriot
T-Mobile US Inc. está bajo escrutinio por su relación comercial con un pequeño proveedor de servicios inalámbricos que ayudó a financiar una adquisición conservadora de varias juntas escolares del norte de Texas.
Más de 1.200 personas han firmado una petición en línea pidiendo al gigante de la telefonía móvil que corte los lazos con Patriot Mobile, una empresa con sede en Grapevine, Texas, que se autodenomina “el único proveedor inalámbrico cristiano conservador de Estados Unidos”. Este año fundó un comité de acción política que respaldó a 11 candidatos ganadores para juntas escolares en los suburbios de Dallas, muchos de los cuales buscaron prohibir los libros como parte de los esfuerzos para luchar contra lo que ven como políticas educativas "despertadas".
Eso contrasta marcadamente con la imagen pública de T-Mobile como una empresa de centro-izquierda, impulsada por sus promesas de pagar los viajes de sus empleados para abortar, promover la diversidad y proteger el medio ambiente. Así que ahora sus clientes se preguntan por qué está alquilando espacio en sus redes a Patriot Mobile, un operador que anuncia una inclinación política muy diferente.
La situación destaca el riesgo para las empresas cuando toman posiciones sobre temas culturales candentes, así como las expectativas que tienen los consumidores de que esas empresas mantengan mensajes políticos consistentes. En marzo, algunos empleados de Walt Disney Co. protestaron contra el intento del Director Ejecutivo Bob Chapek de permanecer neutral en la legislación de Florida que limitaba las discusiones en las aulas sobre la homosexualidad. Y AT&T Inc. ha sido criticada por las donaciones a legisladores conservadores y sus vínculos con la cadena de noticias de extrema derecha One America News. Ahora, T-Mobile también está en el fuego cruzado.
“Es una coincidencia extraña: Patriot, un grupo activista de extrema derecha que usa la red del operador más despierto”, dijo Roger Entner, consultor de la industria inalámbrica en Recon Analytics.
T-Mobile, que tiene su sede en Bellevue, Washington, y también tiene un campus en Frisco, un suburbio de Dallas, dice que no tiene influencia sobre las operaciones de Patriot y simplemente alquila el exceso de capacidad en sus redes a la empresa más pequeña. Un portavoz se negó a comentar sobre la política de Patriot Mobile, aparte de señalar que no representan a T-Mobile ni a sus 89 millones de suscriptores de servicios.
Patriot Mobile, que tiene menos de 100,.000 clientes según la estimación de Entner, dice que su misión es "defender apasionadamente nuestros derechos y libertades constitucionales otorgados por Dios, y glorificar a Dios siempre". Dona una parte de los ingresos para apoyar la libertad religiosa, el derecho a portar armas, la santidad de la vida y la libertad de expresión. Este año, los ejecutivos crearon un comité de acción política y lo financiaron con aproximadamente US$650.000 en efectivo y contribuciones en especie, según documentos presentados ante la Comisión de Ética de Texas.
El CEO Glenn Story, quien fundó Patriot Mobile en 2013, dice que el PAC recibió menos de 25% de las donaciones totales de la compañía a causas conservadoras , que también se destinan a Turning Point USA y Concerned Women for America, entre otras. Los ejecutivos de la compañía decidieron que querían dirigir la atención a la educación en medio de informes de liberales que intentaban influir en el plan de estudios y los materiales del aula que parecían inapropiados para los niños, dijo Story.
“Algunas de las cosas que ves por ahí son realmente mortificantes”, dijo Story, quien tiene tres hijos adolescentes en escuelas suburbanas del norte de Texas. “Si hace que un hombre de 40 años se sonroje, no estará bien para un niño de seis años”.
Texas prohíbe más libros en las escuelas que cualquier otro estado, pero no es el único. Un informe de PEN America publicado en septiembre mostró cientos de incidentes en estados como Tennessee, Pensilvania y Florida. El Partido Republicano ha encabezado el movimiento a través de su enfoque en reforzar los llamados derechos de los padres.
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