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La forma de abordar la crisis del costo de vida, por el aumento de facturas de energía y alimentos, se ha convertido en un punto clave
Rishi Sunak le ha dicho a Liz Truss, su rival y la favorita en la carrera para ser la próxima primera ministra del Reino Unido, que no puede brindar apoyo a los hogares británicos en dificultades este invierno y apegarse a su política insignia de recortes de impuestos.
La forma de abordar la crisis del costo de vida, provocada por el aumento de las facturas de energía y alimentos, se ha convertido en un punto clave de diferencia en las campañas de los dos candidatos para reemplazar a Boris Johnson. Sunak, el ex ministro de Hacienda, promete más ayuda directa y Truss destaca la importancia de permitir que la gente se quede con más dinero.
Lo que está en juego en el debate aumentará aún más esta semana cuando el regulador de energía Ofgem anuncie cuál será el nuevo tope de precios para el período de tres meses que comienza en octubre. La consultora Auxilione estima que las facturas promedio dejarán cerca de £3600 ($4292), frente a las £1971 actuales.
Kwasi Kwarteng, una aliada de Truss y candidata a canciller en su administración, escribió en el Mail el domingo que “viene ayuda” para las familias, pero se negó a dar políticas específicas. En una entrevista en el Sun el domingo , Truss dijo que planeaba repensar los impuestos que pagan los trabajadores por cuenta propia y tratar de limitar las huelgas disruptivas.
“La realidad es que Truss no puede entregar un paquete de apoyo y cumplir con £50 mil millones en recortes de impuestos permanentes y no financiados de una sola vez”, dijo un portavoz de la campaña de Sunak. “Hacerlo significaría aumentar el endeudamiento a niveles históricos y peligrosos, poniendo en serio peligro las finanzas públicas y hundiendo a la economía en una espiral inflacionaria”.
Otra política discutida el fin de semana, aunque no directamente relacionada con ninguna campaña, fue un plan del Tesoro para pedir a los médicos británicos que receten descuentos en las facturas de calefacción a pacientes vulnerables. Esa idea fue rápidamente criticada por analistas y sindicatos, y la Asociación Médica Británica dijo que "es increíble".
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