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El líder ruso criticó las sanciones, tildándolas de “inútiles e ineficaces”
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, volvió a rechazar los pedidos de Estados Unidos de imponer nuevas sanciones a Corea del Norte después que realizó su sexta prueba nuclear, la más poderosa hasta la fecha, con lo cual Putin se unió a la resistencia de China a tomar medidas más severas para presionar a Pyongyang para que abandone sus programas atómico y de misiles.
El líder ruso criticó las sanciones, tildándolas de “inútiles e ineficaces”, y en su lugar instó a la comunidad internacional a ofrecer garantías de seguridad a Corea del Norte.
“Ellos comerán pasto, pero no abandonarán su programa a menos que se sientan seguros”, dijo Putin a los periodistas este martes en una conferencia de mercados emergentes en Xiamen, China, cuyo anfitrión fue su par chino, Xi Jinping.
El lunes, la embajadora estadounidense ante Naciones Unidos, Nikki Haley, dijo que la administración de Donald Trump trataría de imponer las sanciones más duras posibles al régimen de Kim Jong Un. Kim estaba “rogando por una guerra” tras probar lo que según él era una bomba de hidrógeno, dijo Haley tras una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
La funcionaria dijo que EE.UU. haría circular un proyecto para imponer nuevas sanciones y quiere que el Consejo de Seguridad las someta a votación el 11 de septiembre.
Japón se pronunció en concordancia con EE.UU. Este martes, su viceprimer ministro, Taro Aso, pidió que se tomen más medidas. “No hay posibilidad de que avancen las negociaciones sin aumentar la presión”, dijo a los periodistas en Tokio.
Putin condenó lo que describió como una política de incitar la histeria bélica, lo cual, según él, podría provocar una “catástrofe global y una cifra enorme” de víctimas humanas. “No hay otro camino más que una resolución pacífica y diplomática del problema nuclear de Corea del Norte”, dijo.
Suministro de petróleo
Incluso antes que Corea del Norte detonara su bomba nuclear más poderosa el domingo, Japón ya pedía tomar medidas para cortarle el suministro de petróleo. Luego, Trump amenazó con dejar de comerciar con cualquier país que haga negocios con el régimen de Kim Jong Un. China, que le provee la mayor parte del combustible y los alimentos, calificó la advertencia de “inaceptable”.
Desde la Guerra de Corea, Pekín evita presionar a Corea del Norte de modo que colapse, por temor a sufrir un golpe económico desestabilizante y la posibilidad de que las fuerzas armadas estadounidenses ganen influencia sobre su frontera mediante la unificación de Corea. Ese cálculo se mantiene pese a que los intereses de China difieren de los de Corea del Norte.
Con todo, la ministra de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Kang Kyung-hwa, dijo este martes que su par chino, Wang Yi, le dijo que Pekín está abierto a imponer más sanciones. Kang declaró ante el Parlamento que su país está trabajando con EE.UU. para tomar las medidas “más fuertes” contra Corea del Norte.
El lunes, Trump acordó apoyar la venta de nuevas armas a Corea del Sur por miles de millones de dólares. En una conversación telefónica con el presidente surcoreano, Moon Jae-In, Trump dijo que “en principio” él apoyaría que el aliado de EE.UU. pusiera ojivas más pesadas en sus misiles para aumentar su poder de disuasión frente a Corea del Norte.
La enmienda y el proyecto de resolución requieren cada uno al menos nueve votos a favor y ningún veto de Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido o Francia para ser aprobados
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