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El asombro ante las protestas sociales dejó de tener cabida. Los cinco casos de Ucrania y Venezuela, Brasil, Turquía y Tailandia son ejemplos de cómo la ciudadanía puede reaccionar ante un cúmulo de situaciones económicas, y demuestran el descontento hacia modelos económicos aparentemente asentados.
Pese a que las localizaciones de los conflictos son dispares (Europa, Asia y América Latina) y la situación interna de los Estados hace que estos vayan a diferentes velocidades, no es difícil encontrar en todos ellos indicadores económicos comunes que dejan entrever un problema que no hace si no extenderse en economías volátiles que afrontan cambios sustanciales.
Ucrania es el ejemplo más representativo de la anterior afirmación. Con un Producto Interno Bruto de US$173.300 millones, el país centroeuropeo mantiene una estrecha relación con Rusia, de quien se independizó políticamente, pero no así económicamente. En 2012, según datos del Servicio Estatal de Estadística de Ucrania, las exportaciones de este país a Rusia llegaron a US$68.800 millones, cifra que convierte a los rusos en sus mejores aliados comerciales, ya que el mismo indicador se cifró en US$20.000 millones en ventas al bloque de la Unión Europea (UE). Así las cosas, desde Bruselas se impulsó el llamado Acuerdo Comercial con Kiev, que se traducía en la creación de una zona de libre comercio con la UE y la Unión Aduanera. La presión rusa logró frenar la firma del acuerdo, prevista para noviembre e indignó a los ciudadanos proeuropeos, que iniciaron las movilizaciones. Además de la balanza de exportaciones, el Kremlin es el proveedor de gas natural a Ucrania, país en el que, por cierto, se encuentran los principales gaseoductos que transportan el combustible a Europa.
Este caso refleja uno de los puntos comunes al resto de países movilizados: Venezuela, Brasil, Turquía y Tailandia, que radica en el conflicto que se provoca cuando el crecimiento económico es “poco creíble o más lento de lo esperado”, explica Óscar Eduardo Medina, docente de geoeconomía y política de la Universidad Eafit. Su principio puede aplicarse a Venezuela, donde se cumple un mes de un conflicto social que originalmente denunciaba la inseguridad y que ha terminado poniendo en el punto de mira internacional a su presidente, Nicolás Maduro.
Maduro, sucesor de Hugo Chávez desde el 14 de abril del año pasado, es el hombre fuerte del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), que pretende continuar con el modelo económico socialista que ha regido el país durante las últimas dos décadas. Al mismo tiempo, los retos venezolanos tampoco han variado demasiado: una inflación que llegó al 56,2% en 2013 (la más alta de la región) asfixia a la población, que ha visto encarecer productos básicos como la leche, azúcar, medicamentos o papel higiénico. A esto se suma la incertidumbre que genera la siempre constante amenaza de fuga de capitales o los vaivenes en el suministro eléctrico vividos en el último año en Caracas, donde se han producido varios apagones.
“Predomina el desencanto de jóvenes y estudiantes ante regímenes opresores y dictatoriales que han demostrado ser destructivos para el valor de la economía ya sea por corrupción o por la destrucción de los aparatos productivos de cada país. En el caso de Venezuela hemos visto como la producción de petróleo ha ido disminuyendo”, apunta Omar Saúl Duarte, manager de la consultora Právne.
Mientras, en Brasil el problema es el lento ritmo de crecimiento unido a planes que muchos consideran demasiados ambiciosos en un país acostumbrado a priorizar la inversión en sanidad y educación. En junio del año pasado, durante la Copa Confederaciones, decenas de ciudades cariocas exhibieron su descontento por la subida de precios en el transporte, mientras el gasto público se disparaba para acoger su próxima gran cita deportiva: el Mundial de 2014, cuyo presupuesto ha pasado de US$ 2.300 millones a US$3.350 millones. Aunque la medida se retiró, la propuesta de una nueva subida el mes pasado revivió la polémica. Y aún permanecen inacabados cinco estadios.
Junto con el crecimiento poco creíble o ralentizado, Medina identifica otros dos puntos clave, la alta tasa de desempleo juvenil presente en todos estos países, un elemento coyuntural que les otorga “motivos y tiempo libre para protestar en la calle” y la inflación, que este analista define como “el peor impuesto para los pobres”. El encarecimiento de productos básicos no es la única subida que puede desatar la protesta ciudadana. En Turquía, según destaca este experto, la tasa interbancaria llegó a cuadruplicarse en un sólo día. Las protestas posteriores que inundaron la plaza Taksim el año pasado han continuado hasta enero con enfrentamientos entre policía y manifestantes por la restricción al acceso a Internet ejecutada por el gobierno conservador islamista de Tayip Erdogan.
Pero si hay un factor económico que detona el descontento es la corrupción. Las élites urbanas y la clase media de Bangkok se movilizan desde noviembre para impedir que la primera ministra Tailandesa, Yingluck Shinawatra, cambie las leyes a placer para que su hermano vuelva a la política.
Claves para entender las protestas
¿Quiénes iniciaron las protestas y por qué las comenzaron?
Las protestas están encabezadas por los llamados Maidén, ciudadanos proeuropeístas que toman su nombre de la homónima plaza de Kiev en la que se manifiestan. Su reivindicación nació en noviembre, cuando el Gobierno ucraniano frustró el Acuerdo Comercial que habría unido al país con la Unión Europea (UE).
¿Cuál es la situación política y económica en cada país?
Ucrania esta gobernada por el presidente Víktor Yanukóvich, líder del Partido de las Regiones, que se define como centrista y proruso. Las relaciones con este vecino son esenciales, puesto que se trata de su principal socio económico. En 2012, las exportaciones ucranianas a Rusia ascendieron a US$68.800 millones y las importaciones se cifraron en US$84.700 millones.
¿Qué reclaman los manifestantes? ¿Han conseguido sus objetivos?
Los Maidén piden la dimisión de Yanukóvich y el adelanto de elecciones presideciales, previstas para el próximo enero. El gobierno y la oposición han firmado un acuerdo que lo permite y el retorno a la Constitución de 2004, que limita los poderes del Gobierno en favor del Parlamento.
¿Quiénes iniciaron las protestas y por qué las comenzaron?
Aunque inicialmente se trataba de estudiantes exigiendo más seguridad en las calles, el movimiento social en Venezuela ha evolucionado hasta englobar a integrantes heterogéneos. La inflación del 56,2%, la más alta de la región, las restricciones comerciales y la escasez de divisas hace que sea difícil encontrar, incluso alimentos básicos.
¿Cuál es la situación política y económica en cada país?
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pretende seguir con las políticas económicas socialistas que implantó Chávez. Desde 2003 el Ejecutivo impuso una política de control así como las monedas extranjeras para evitar la fuga de capitales, pero la situación económica está lejos de estabilizarse.
¿Qué reclaman los manifestantes? ¿Han conseguido sus objetivos?
Los opositores de Maduro, encabezados por el líder de la oposición Henrique Capriles, solicitan más seguridad ciudadana y el fin de la escasez de bienes, así como mayor libertad de expresión. Capriles nunca ha ocultado su intención por incorporar el modelo capitalista en su país.
¿Quiénes iniciaron las protestas y por qué las comenzaron?
Estudiantes de Río de Janeiro y otra decena de ciudades tomaron las calles el verano pasado para protestar contra el aumento del precio del transporte mientras el gobierno de Dilma Rousseff dedicada hasta US$3.350 millones de presupuesto público a estadios deportivos, una cifra que se desvió en US$1.050 millones del presupuesto inicial.
¿Cuál es la situación política y económica en cada país?
El Gobierno brasileño, decidido a potenciar su condición de país emergente dentro de los BRIC, ha buscado expandirse y reducir las desigualdades sociales al mismo tiempo, lo que le ha llevado a invertir en políticas sociales. Sin embargo, su crecimiento ha disminuido progresivamente desde 2010. ¿Qué reclaman los manifestantes? ¿Han conseguido sus objetivos?
La petición de los manifestantes fue atendida y el fuego se extinguió con la bajada del precio del transporte en julio. Está por verse si de nuevo se tomará la misma medida para aplacar los ánimos de los manifestantes, que medio año después volvieron a movilizarse por el mismo motivo contra el Gobierno.
¿Quiénes iniciaron las protestas y por qué las comenzaron?
Una inestable tasa interbancaria que aumentaba su valor por cuatro en un día y la propuesta de reformar la plaza Taksim llevó a miles de ciudadanos a ocupar ese espacio exigiendo que se mantuviera en su estado original, algo que pronto derivó en crítica hacia la labor del Ejecutivo encabezado por Tayip Erdogan. ¿Cuál es la situación política y económica en cada país?
Erdogan es la cabeza visible conservador e islamista que dirige un país que, pese a vivir un rápido crecimiento de su PIB en 2010 y el primer semestre de 2011, ha incrementado los déficits comerciales y de cuenta corriente. Padece una marcada inflación en productos básicos que hace que su competitividad y los costes de exportación hayan aumentado.
¿Qué reclaman los manifestantes? ¿Han conseguido sus objetivos?
Las protestas en la plaza Taksim se centraron en pedir una mayor apertura del Gobierno islamista así como la de estabilizar el costo de vida, especialmente complicado para las clases sociales más humildes como consecuencia del aumento de precio en productos básicos para la vida diaria.
¿Quiénes iniciaron las protestas y por qué las comenzaron?
Las élites urbanas y la clase media de la sociedad de Bangkok han alzado la voz en Tailandia. La corrupción política que ha alcanzado a la primera ministra del país, Yingluck Shinawatra, ha terminado con la tolerancia de la población que protesta por el cambio legislativo que permitirá al hermano de la primera ministra volver a la arena política.
¿Cuál es la situación política y económica en cada país?
Tras tres años de estabilidad, el Ejecutivo tailandés presentó un proyecto de amnistía que permitía al hermano de la primera ministra volver a la política que apoyó la Cámara de Representantes, pero rechazó el Senado. Expertos internacionales consideran la maniobra como un ejemplo de la tradicional oligarquía.
¿Qué reclaman los manifestantes? ¿Han conseguido sus objetivos?
Los manifestantes solicitan la dimisión de Shinawatra al considerarla un títere político y quieren sustituirla por un consejo popular que no sea elegido en las urnas y que se encargue de promover cambios políticos y electorales, que les permitan protegerse contra actos de poder unilateral en su Parlamento.
Las opiniones
Óscar Eduardo Medina
Docente geoeconomía y geopolítica
“La reputación es la más afectada con las políticas económicas. Los elementos de inversión del exterior van asociados a la inversión que realiza el Estado”.
Omar Saúl Duarte
Manager en la consultora Právne
“Hay una desconfianza general sobre los modelos e conómicos y las formas de Gobierno que los implementan. Creo que son conflictos que van para largo”.
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