Protestas en Hungría contra el abuso infantil aumentan la presión sobre el primer ministro

Decenas de miles de húngaros salieron a las calles el sábado luego de que un video que mostraba abusos en un centro juvenil administrado por el estado aumentó la presión sobre el primer ministro Viktor Orban cuatro meses antes de las elecciones.

Los manifestantes marcharon desde el centro de Pest, cruzando el Danubio, hasta el castillo de Buda, donde Orban y su aliado, el presidente Tamas Sulyok, tienen sus oficinas. El líder de la oposición, Peter Magyar, cuyo partido Tisza lidera las encuestas antes de las elecciones de abril y quien organizó la protesta, exigió la dimisión de Orban por lo que calificó de incapacidad para proteger a los niños bajo tutela estatal.

“Nada puede ser más importante que decir, como nación húngara, que no podemos permitir que los niños sufran daño”, declaró Magyar en la manifestación con antorchas en el castillo. “Quienes actualmente ostentan el poder han demostrado ser incapaces de protegerlos”.

El video sin fecha, que salió a la luz a principios de esta semana, parecía mostrar a un funcionario, quien hasta hace poco era director interino de un centro penitenciario de menores de Budapest, cometiendo varios actos violentos, como patear a un niño que estaba en el suelo y golpear la cabeza de otro contra una mesa. El hombre renunció y fue puesto bajo custodia. La policía allanó el centro esta semana y detuvo a varias personas más.

El gobierno ha intentado presentar a los menores brutalizados como delincuentes. En una entrevista con el sitio web de noticias progubernamental Mandiner, Orbán reiteró esta postura, aunque afirmó que la violencia era inaceptable incluso contra delincuentes.

La respuesta del gabinete provocó más críticas por culpar a las víctimas.

“Es una historia que revuelve el estómago, incluyendo la reacción o la falta de reacción del gobierno”, dijo Levente Igneczi, un desarrollador de software de 24 años, al unirse a la marcha el sábado. “Aunque estas protestas no tengan necesariamente un impacto inmediato, es importante enviar un mensaje tan cerca de las elecciones”.

El gobierno de Orban también ha intentado atribuirse el mérito de la tardía intervención policial, que se produjo después de meses de peticiones de la oposición para que se realizara una investigación exhaustiva después de descubrirse que el anterior director del centro es sospechoso de abuso sexual y de dirigir una red de prostitución.

Escándalo relacionado

El surgimiento de Magyar como el rival más fuerte de Orban de cara a las elecciones de 2026 tiene su origen en un escándalo relacionado.

Hace menos de dos años, la entonces presidenta de Hungría, Katalin Novak, aliada de Orban, dimitió en medio del furor público tras conceder un polémico indulto en un caso de pedofilia en un hogar de niños gestionado por el Estado.

Magyar, un partidario de Orban desde hace mucho tiempo y con estrechos vínculos con el liderazgo del gobierno a través de amigos y familiares, decidió hacer públicas sus críticas a pesar de un intento inicial de altos funcionarios de evitar asumir la responsabilidad.

“Desde que estalló ese escándalo, han pasado 22 meses y el gobierno no ha actuado”, dijo Magyar mientras los manifestantes apilaban peluches como regalo para los niños bajo tutela estatal. “Hemos cerrado el círculo”.

Después del escándalo de abusos de 2024, Magyar fundó Tisza, que desde entonces ha denunciado la corrupción entre la élite gobernante de Hungría y ha capitalizado el descontento con la crisis del costo de vida.

Magyar ha seguido centrándose en la difícil situación de los niños vulnerables en hogares estatales deteriorados y con financiación insuficiente, y contrastando su situación con la imagen pro familia proyectada por el gobierno conservador de Orban.