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Javier Milei en el Foro Económico Mundial en Davos en 2024
La tasa de inflación mensual argentina se desplomó por debajo de 3% desde más de 20% cuando debutó en Davos hace un año
Javier Milei, el impetuoso presidente libertario de Argentina, está (casi) de acuerdo con el apodo que le han puesto los expertos: “el loco”.
Pero se apresura a aclarar que lo que separa a un loco de un genio son los resultados. Y en su regreso a Davos, un año después de haber conmocionado a la multitud con una declaración audaz tras otra —como su frase inicial: “Estoy acá para decirles que Occidente está en peligro”—, Milei tiene muchos resultados de los que presumir.
La tasa de inflación mensual se desplomó por debajo de 3% desde más de 20% cuando debutó en Davos hace un año; el gobierno registró su primer superávit presupuestario anual desde 2009; y la economía ha empezado a salir de la recesión en la que cayó cuando Milei devaluó el peso e impuso duros recortes fiscales dos días después de asumir el cargo a finales de 2023.
“Su diagnóstico del problema de Argentina es 100% acertado”, afirma Graham Stock, estratega sénior de mercados emergentes de BlueBay Asset Management. Hace un año, Stock vio el discurso de Milei en Davos desde su oficina de Londres.
Fue muy intenso —Elon Musk llegó incluso a compararlo a tener sexo—, pero “lo que importa es el compromiso con ese principio político central, que es un presupuesto equilibrado”, sostiene Stock. “Todo lo demás se deriva de eso”.
Bluebay posee bonos argentinos, que han registrado un vertiginoso repunte bajo la presidencia de Milei: más de 100% en total, superando los rendimientos generados por casi todos los demás países de mercados emergentes. Así que es bastante lógico que Stock, y para el caso, la mayoría de los asistentes a Davos, estén encantados con Milei.
Lo que es más sorprendente —y mucho más crucial para la viabilidad a largo plazo de la reforma económica de Milei— es que Laura Velásquez también esté encantada con él. Velásquez, de 19 años, vende camisetas y vestidos por unos pocos dólares cada uno para complementar los ingresos que obtiene en un local de comida rápida en Buenos Aires.
El repunte inflacionario que siguió a la decisión de Milei de dejar caer el peso golpeó duramente a Velásquez, y los draconianos recortes a los programas sociales y subsidios estatales agravaron los problemas financieros de su familia.
Pero la estabilidad económica que ha seguido al caos inicial la ha convencido. Por primera vez en años, los precios ya no suben de un día para otro, y el comercio fluye con más normalidad, sin el acaparamiento de mercancías tan común en momentos de crisis.
“Todo se siente más tranquilo”, asegura Velásquez. Votó por Milei a regañadientes en 2023. Ahora, admite, votaría por él con ganas.
Velásquez representa a los millones de argentinos de clase trabajadora que, para sorpresa de muchos, han apoyado firmemente a Milei. En diciembre, su índice de aprobación era de 47%, casi el mismo que tenía cuando asumió el cargo y muy superior al de cualquiera de sus rivales políticos, según una encuesta realizada por AtlasIntel para Bloomberg News.
Stock señala que este tipo de apoyo generalizado a los recortes presupuestarios profundos había faltado en Argentina, un país que ya ha incumplido el pago de su deuda tres veces este siglo. El hecho de que Milei haya mantenido este respaldo hasta ahora “ha generado bastante optimismo sobre las perspectivas”, afirma Stock. Retenerlo no será fácil.
A pesar de su diatriba viral contra la intervención estatal en Davos el año pasado, las victorias de Milei se han visto favorecidas, en parte, por los controles de divisas que fijan la depreciación mensual del peso a un ritmo lento y gradual.
Milei prometió liberar de alguna manera este año el cepo cambiario, junto con una letanía de controles de capital implementados por sus predecesores. Pero incluso el menor paso en falso podría disparar la inflación, que se mantiene por encima de 100% anual, justo antes de que los argentinos acudan a las urnas para las elecciones legislativas de octubre.
Para suavizar el golpe en caso de una venta masiva de la moneda, el gobierno necesita que el Fondo Monetario Internacional refuerce sus reservas de divisas.
Sin embargo, con 22 programas de rescate fallidos a su haber —el último por US$44.000 millones que Argentina aún tiene que pagar—, el organismo multilateral de Washington necesitará garantías de que Argentina no despilfarrará sus recursos solo para apuntalar un peso sobrevalorado como ha hecho tantas veces antes.
La incipiente amistad de Milei con el presidente Donald Trump podría contribuir a ello. (Estados Unidos es el mayor accionista del FMI). Milei aterrizará en Suiza el miércoles por la mañana, directo desde Washington donde asistió a la toma de posesión de Trump, la tercera vez que se encuentran en un año.
Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, también aprovecharon el viaje a EE.UU. para reunirse el domingo con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, justo antes del arribo de una misión del FMI a Buenos Aires esta semana.
Diego Espinoza, un admirador de Milei de 35 años que vende calzados en el mismo mercado al aire libre donde Velásquez compra su mercancía, apuesta a que Milei lo logrará. El logotipo de la tienda de Buenos Aires es una cabeza de león púrpura rugiente —también la insignia de Milei y el color de su campaña—, lo que él atribuye a una coincidencia.
“Todo subió un montón este año”, dice Espinoza, señalando un par de zuecos de plástico negros que costaban US$2 hace un año y este año subieron a US$5. Está seguro de que ese precio llegó para quedarse. “Ya pasó lo peor”.
María, la tía de Espinoza, sacude la cabeza mientras apila bolsas transparentes de zuecos de plástico infantiles rosas, amarillos y blancos. “Está todo muy difícil. Los precios siguen elevados”, afirma. Al preguntarle si apoya a Milei, responde que ella no vota y señala a su sobrino. “Él sí”.
Obtener un nuevo préstamo del FMI, eliminar los controles de capital sin reactivar la inflación y mantener sus índices de aprobación sin abrir el grifo —todo ello con una oposición debilitada pero hambrienta de poder al acecho— parece un reto que solo un loco creería capaz de lograr. Hace un año, señalaría Milei, la mayoría de los expertos decían lo mismo.
“Un año después, la terapia de shock de Milei ha demostrado ser mucho más exitosa de lo que yo esperaba en un principio”, declaró en un correo electrónico Ian Bremmer, fundador del Eurasia Group. Durante las elecciones, Bremmer predijo que Milei traería “más colapso económico de forma inminente”.
Bremmer, un asiduo del Foro Económico Mundial que el año pasado escuchó el apasionado discurso desde la multitud, añadió: “Es muy posible que veamos a un Milei aún más triunfante en Davos 2026”.
El presidente aseguró que instaurará aranceles al sector automotriz y farmacéutico para equilibrar la balanza comercial con EE.UU.
Marcó una desaceleración en comparación con el dato de 2,7% registrado en diciembre y la medición interanual se ubicó en 84,5%
Con una mayor inversión, sostuvo, se podrá combatir la pobreza en el país, por lo que reiteró estar muy optimista con la estrategia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo