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Zhu Jingyang, embajador de China en Colombia.
Zhu Jingyang, embajador de China en Colombia, aseguró que con la ruta de la seda en 2030, 7,6 millones de personas saldrán de la pobreza extrema
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marcó un antes y un después en las relaciones bilaterales entre muchas naciones, Colombia no ha sido ajena a esta situación y ha buscado diversificar sus mercados con China. Una relación que ha dado varios pasos hacia adelante con la adhesión de Colombia a la Nueva Ruta de la Seda y con la solicitud de ingreso en el Banco de los Brics.
Las cifras del intercambio comercial de Colombia con China y Estados Unidos hablan por sí solas: las exportaciones hacia China rondan los US$2.500 millones anuales, mientras que hacia Estados Unidos superan los US$14.300 millones. En cuanto a las importaciones, el país compra bienes por cerca de US$16.464 millones a Estados Unidos y alrededor de US$15.936 millones a China cada año.
En medio de este escenario, Zhu Jingyang, el actual embajador de China en Colombia, aseguró que no piden que ningún país elija entre ellos o Estados Unidos. Solo destacó que según predicciones del Banco Mundial, se espera que para 2030 la iniciativa de la Ruta de la Seda pueda generar US$1,6 millones en beneficio en todo el mundo cada año. El embajador también habló de la inauguración del Puerto de Chancay en Perú y aseguró que esta infraestructura podría ser una de las áreas prioritarias de cooperación de China en Colombia en los próximos años.
La Ruta de la Seda es una plataforma de cooperación internacional más amplia de lo que hay hoy por hoy, porque tiene la participación de más de 150 países y más de 30 organizaciones internacionales y tiene sus especialidades, sus singularidades: como la flexibilidad, el pragmatismo y la eficacia a largo plazo porque apuesta por el principio de discusión entre todos, construcción entre todos y beneficios repartidos entre todos.
La iniciativa es un programa de cooperación, es un programa de acción unilateral por parte de China. La idea viene de China, pero es una plataforma abierta para la participación de todos.
Ellos no reconocen y no dicen que Colombia también tiene déficit con Estados Unidos, a través de los esfuerzos y de negocios de décadas. Además, Estados Unidos, pese a su superávit comercial, viene a imponer aranceles adicionales, injustos contra Colombia, contra el resto del mundo. Definitivamente no es una relación justa en pie de igualdad. A diferencia de eso, lo que China ofrece a Colombia es un tratamiento de igualdad, no buscamos quitarle espacio, venimos a ofrecer nuevas oportunidades adicionales, en lo que llamaría yo como juego para sumar. El mundo es grande, hay espacio suficiente para Estados Unidos, para China, para Colombia. Simultáneamente, el desarrollo de China se basa básicamente en nuestros propios esfuerzos y va a ofrecer grandes oportunidades de beneficios para el resto del mundo, como nuestra capacidad tecnológica, de inversión, de financiamiento, de formar talentos colombianos.
Nosotros nunca pedimos ni a Colombia ni a ningún otro país tomar partido entre China y Estados Unidos. Si EE.UU. insiste en hacerlo, no lo va a lograr, porque China hoy por hoy es el socio número uno de más de 150 países. El mundo está cambiando, Estados Unidos no puede seguir pensando y actuando como lo viene haciendo hace 30 años.
Según predicciones del Banco Mundial, se espera que para 2030 la iniciativa de la Ruta de la Seda pueda generar US$1,6 millones en beneficio a todo el mundo cada año, y saque a 7,6 millones de personas de la pobreza extrema y a unos 32 millones de personas de la pobreza moderada.
No me voy a pronunciar respecto a ese banco, porque tiene su institucionalidad, tiene sus prácticas cumpliendo los criterios internacionales. Yo creo que la propia amenaza reciente de algún funcionario de Estados Unidos de detener el financiamiento a favor del metro de Bogotá, de por sí es una señal de riesgo de la excesiva dependencia de Colombia del financiamiento proveniente de Estados Unidos, sea a nivel bilateral, sea de las instituciones financieras multilateral controladas por ellos. La excesiva dependencia no es cosa positiva ni en las cuestiones financieras ni en las relaciones comerciales.
Muchas personas, muchos colombianos me preguntan por qué China invirtió en Perú y no en Colombia precisamente sin pensar que es consecuencia de la política anterior de Colombia de mantener la distancia con China, de no incorporarse a la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda. Ahora que Colombia ha subsanado esta desventaja respecto a sus vecinos, yo creo que buenas noticias están en camino, pero como repito, necesitan su tiempo. Esta bien podría ser una de las áreas prioritarias de cooperación de China en Colombia en los próximos años.
Pues una de las grandes ventajas que ha tenido Estados Unidos es un atractivo a los talentos extranjeros, porque si revisamos los ganadores del premio Nobel de Estados Unidos y revisamos los grandes avances tecnológicos, las grandes invenciones y los grandes proyectos de emprendimiento, buena parte ha sido la contribución de los inmigrantes, de los estudiantes internacionales. Y a mediano y largo plazo si Estados Unidos quiere mantener ese atractivo, quiere mantener esa ventaja, tener una posición tolerante al intercambio académico, a la misión de estudiantes internacionales, es uno de los pilares fundamentales. Ya hay universidades de Hong Kong que han anunciado su disposición de aceptar todos los estudiantes internacionales rechazados como consecuencia de la prohibición de Donald Trump. Esto demuestra que la competencia hoy y para el futuro está en el área de lograr atraer talentos.
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