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Lula da Silva, presidente de Brasil.
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En un discurso en la Cumbre del Futuro, en la sede de la ONU, Lula también pidió una reforma de las organizaciones multilaterales
Los objetivos fijados a escala mundial para el desarrollo sostenible van camino a convertirse en un gran fracaso colectivo, declaró el domingo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aludiendo a la lentitud con que los países aplican las medidas.
En un discurso en la Cumbre del Futuro, en la sede de la ONU, Lula también pidió una reforma de las organizaciones multilaterales, argumentando que la Asamblea General de la ONU ha "perdido su vitalidad", el Consejo de Seguridad "hace caso omiso a las atrocidades" y el Sur Global no está representado de forma acorde a su peso político y económico.
El presidente afirmó que es inaceptable que el mundo retroceda en cuestiones como la igualdad de género, la lucha contra el racismo y otros tipos de discriminación o que naturalice que la gente pase hambre. Defendió que los países no deben dar marcha atrás en los compromisos multilaterales que han firmado.
"Los Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron el mayor empeño diplomático de los últimos años y van camino de convertirse en nuestro mayor fracaso colectivo. Al ritmo actual de implementación, sólo el 17% de las metas de la Agenda 2030 se alcanzarán a tiempo", afirmó.
Para Lula, los niveles actuales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de financiación para el clima son insuficientes para mantener el planeta a salvo.
La Cumbre del Futuro precede a la Asamblea General de la ONU, que comienza el martes, y reúne a líderes mundiales para debatir acciones que refuercen la cooperación entre países en áreas como la sostenibilidad, la democracia, la tecnología, la seguridad y la gobernanza.
Solo en intereses, las naciones en desarrollo pagaron US$415.000 millones, recursos que dejaron de destinarse a servicios esenciales como educación, salud primaria o infraestructura básica
El índice califica el riesgo político en una escala de 0 a 100, donde 100 representa el riesgo máximo y el peligro inminente de colapso
Los niveles de empleo se mantuvieron prácticamente sin cambios, como consecuencia de la reticencia de las empresas a contratar
