Los verdes del Reino Unido se enfrentan a una batalla en la carrera por el liderazgo

Tres candidatos compiten por convertirse en el próximo líder del Partido Verde del Reino Unido. Todos coinciden en que el panorama político cada vez más fracturado de Gran Bretaña crea una oportunidad, pero están divididos sobre cómo aprovecharla.

Los diputados Ellie Chowns y Adrian Ramsay, que se presentan en una candidatura conjunta, encarnan los valores tradicionales de los Verdes: inclusión, igualdad y cooperación. Frente a ellos se encuentra Zack Polanski, que quiere ganarse a los votantes alienados por el "lenguaje woke" de la izquierda jugando con la derecha populista en su propio terreno.

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Las elecciones a la presidencia del Partido Verde se producen en un momento en el que el Partido Laborista, que hace apenas un año obtuvo una victoria electoral aplastante, está perdiendo apoyos. Algunos de esos votantes se están pasando al partido ecologista de izquierda, pero parece que son más los que se están pasando al partido antinmigración Reform UK, de Nigel Farage, que lleva meses superando al laborista en las encuestas. Actualmente, los Verdes tienen cuatro diputados, los mismos que Reform, después de que uno de sus miembros dimitiera por una investigación sobre sus negocios.

Polanski, de 42 años y vicepresidente del Partido Verde en Inglaterra y Gales, es muy consciente de la creciente popularidad de Reform. Aunque no está de acuerdo con las políticas de Farage contra la inmigración y la acción climática, sí reconoce el atractivo del político.

Haciéndose eco del sentimiento de Farage, afirma que está "enfadado con el objetivo de cero emisiones netas" y advierte de que los votantes se sienten alienados por el "lenguaje woke" de la izquierda política. Ha expresado estas opiniones en apariciones en los medios de comunicación y en vídeos en las redes sociales, cuestionando directamente la idea de que Reform es la única opción para los votantes desilusionados.

La agenda verde, que abarca desde la reducción de emisiones hasta la protección de especies en peligro de extinción, ha adoptado un tono y un vocabulario con los que no se identifican los votantes abrumados por el coste diario de la vida, según Polanski. Este aboga por reescribir el significado de ser verde, basándose en ideas como los impuestos sobre el patrimonio y la prohibición de los jets privados, para desafiar la ola populista que ha impulsado el movimiento conservador.

El concepto de "nuevo verde" de Polanski tiene paralelos a nivel mundial. En Estados Unidos, algunos demócratas están adoptando la misma estrategia. La representante demócrata de Arizona, Yassamin Ansari, afirmó que los mensajes populistas sobre el clima, incluida la posibilidad de que las energías más limpias reduzcan las facturas de electricidad, serán cruciales para ayudar a su partido a recuperar el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato del próximo año.

Zohran Mamdani, el candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, ganó las elecciones con un programa basado en abordar la desigualdad mediante el aumento de los impuestos a las empresas y la inversión pública en vivienda, cuidado infantil e infraestructura ecológica, como paneles solares.

Chowns, de 50 años, teme que el enfoque populista conlleve riesgos. "No creo que se pueda copiar el estilo de los populistas, esa retórica divisiva y polarizante, sin correr el riesgo de alienar a mucha gente", afirma. "Adrian y yo queremos que la política verde sea popular, en lugar de populista, y hemos demostrado que sabemos cómo hacerlo, al ganar escaños en el Parlamento con grandes cambios".

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Chowns quiere centrarse en políticas que, según ella, "preocupan a la gente", como gravar el patrimonio para invertir en servicios públicos y garantizar que las nuevas viviendas estén debidamente aisladas e incluyan paneles solares. Su partido lleva años haciéndolo, afirma, "acudiendo puerta por puerta directamente a las comunidades". Afirma que eso es "lo contrario de la estrategia del Partido Reformista" que se basa en "la simplificación excesiva y el estilo de política del “hombre fuerte”.

Bajo el liderazgo actual de Ramsay y Carla Denyer, los Verdes no están logrando atraer el interés de los medios de comunicación para rivalizar con Reform, afirma Scarlett Maguire, encuestadora con sede en el Reino Unido y fundadora de Merlin Strategy. Sin embargo, un líder enérgico y que acapare los titulares podría, en teoría, "atacar al Partido Laborista desde su izquierda", especialmente en cuestiones económicas, afirma. "Podrían avanzar mucho porque el deseo de cambio en el país es muy fuerte".

Las votaciones se abrirán el 1 de agosto para que los miembros del partido emitan su voto de liderazgo, y los resultados se darán a conocer el 2 de septiembre. La elección no será vinculante para el partido hasta las próximas elecciones generales, previstas para mediados de 2029, ya que el mandato de los líderes solo dura dos años. Y debido a que las elecciones nacionales del año pasado retrasaron el proceso habitual, este mandato de liderazgo será de solo un año.

Pero tanto Polanski como Chowns quieren empezar a generar impulso, especialmente porque el año que viene se enfrentan a unas elecciones locales en Escocia y Gales en las que se prevé que Reform obtenga buenos resultados.

Ambos candidatos están convencidos de que los Verdes podrían ganarse a algunos votantes que se inclinan por el Partido Reformista. Polanski quiere atraer a aquellos que se sienten repelidos por lo que él caracteriza como una sordera política ante la experiencia de los hogares comunes. "La mayoría de la gente no puede permitirse una bomba de calor en este momento", afirma, refiriéndose a las políticas de los sucesivos gobiernos para fomentar la compra de sistemas de calefacción domésticos eficientes desde el punto de vista energético.

Conseguir que la clase trabajadora vote a los Verdes supondría una ruptura con la norma en la política británica. Según una encuesta de YouGov realizada este mes, alrededor de 40% de la población considera que los Verdes son un partido que atrae más a la clase media, mientras que solo 7% lo considera relevante para la clase trabajadora.

Chowns prefiere fijarse en las conclusiones de More in Common, según las cuales las ideas binarias sobre el electorado, como joven/mayor, izquierda/derecha, urbano/rural, están obsoletas. "Atraemos a este abanico mucho más amplio de personas de dos maneras", afirma. "Una, mostrando que tenemos respuestas políticas a los problemas que les preocupan. Y dos, lo que es aún más importante, ganándonos su confianza".

Los Verdes se enfrentan ahora a la complicación añadida de que el exlíder laborista Jeremy Corbyn, una figura popular de la izquierda, ha creado un nuevo partido, aún sin nombre, para atraer a los votantes desilusionados. No está claro cuánto apoyo obtendrá, pero las peculiaridades del sistema electoral británico de mayoría simple hicieron que el Partido Laborista obtuviera 40% de los votos bajo su liderazgo al perder las elecciones generales de 2019, en comparación con 32% obtenido por su sucesor, Keir Starmer, al conseguir una mayoría aplastante el año pasado.

Ni Corbyn ni los Verdes pueden esperar obtener la mayoría en las próximas elecciones nacionales. Pero la estrategia del Partido Laborista en 2019 se basó en el cálculo de que podía permitirse perder votos a la izquierda, en gran parte a favor de candidatos independientes o verdes, afirma Maguire. Un Partido Verde que obtenga mejores resultados en las encuestas y tenga más peso podría obligarlos a replantearse su estrategia. "Si yo fuera del Partido Laborista, estaría preocupada por ello", afirma.