Los Ríos se convierte en la provincia más violenta de Ecuador por guerra de bandas criminales

La provincia de Los Ríos se ha convertido en el territorio más violento de Ecuador, con una alarmante tasa de homicidios que alcanza las 106 muertes violentas por cada 100.000 habitantes en lo que va de 2025. En ese contexto, elementos del crimen organizado libran una batalla por el control del narcotráfico entre las bandas Los Choneros y Los Lobos.

El aumento drástico de la violencia no es un fenómeno nuevo en Los Ríos. Desde comienzos de 2024, los reportes policiales y militares registran homicidios, secuestros en carreteras y extorsiones crecientes. La razón principal del conflicto se da gracias a que la provincia ocupa una posición estratégica en la cadena del narcotráfico, sirve de corredor entre el norte del país, por donde entra la cocaína, y las zonas costeras, desde donde se exporta. Una de las evidencias más contundentes ocurrió en enero de ese año, cuando se incautaron 22 toneladas de cocaína en un escondite en el cantón Vinces.

Las dos organizaciones delictivas, Los Choneros y Los Lobos, reclutan grupos locales para afianzar su dominio. Por ejemplo, la célula conocida como Los R7, originalmente brazo armado de Los Choneros, opera ahora para Los Lobos en Los Ríos, mientras Los Choneros tienen alianza con el grupo armado local “Los Pájaros Locos”. En esta lucha, los territorios de influencia cambian constantemente y aparecen nuevas facciones, como los “Los Tiguerones”, que tras la captura de su líder reaparecieron en la zona de Quinindé enfrentando a Los Lobos.

Frente a esta situación, desde el 24 de noviembre de 2025 las Fuerzas Armadas ecuatorianas incrementaron su acción en Los Ríos. Se desplegaron unos 1.500 efectivos que cubren de manera permanente los 13 cantones de la provincia. En los primeros diez días de intervención ya se reportaron disminuciones claras en los homicidios diarios — que habían llegado a promediar 14 diarios — y al menos 25 personas fueron detenidas, entre ellas 12 objetivos de alta importancia vinculados con grupos terroristas, armas, explosivos y narcóticos.

La provincia, que antes era relativamente tranquila, ahora enfrenta una crisis multifacética: el narcotráfico a gran escala, la disputa territorial de bandas, y la consiguiente expansión de la violencia. La intervención militar busca restablecer el control del Estado, pero el reto es complejo y exigente, dada la infiltración de crimen organizado en zonas urbanas y rurales, y la logística habilitada por la geografía de la provincia para el trasiego de drogas.