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Mañana es el día de la Secretaria, una fecha para recordar las historias de mujeres que fueron más allá de sus tareas e impactaron distintas industrias
“No serás un gran líder si quieres hacer todo por ti mismo o sólo obtener el crédito de ello”, dijo Andrew Carnegie, industrial, empresario y filántropo estadounidense. Y toda gran empresa o presidente de ella, sabe que su brazo derecho está en su secretaria, día que se celebrará mañana. Así se trate de una palabra que está en desuso o ha cambiado, y los roles han evolucionado.
La celebración de esta fecha se oficializó durante el primer Congreso Interamericano de Secretarias, realizado en Argentina, en la década de los 70 y allí se acordó fijar el día 26 de abril como el Día de la Secretaria, por ser la fecha en que se realizó este acontecimiento a manos de la Federación Interamericana de Asociaciones de Secretarias, Fias, entidad que tiene como objetivo trabajar en el mejoramiento técnico, moral, cultural y humano respecto a la profesión.
Sin embargo, este día antes se celebraba el 30 de septiembre, cumpleaños de Lilian Sholes, hija del creador de las primeras máquinas de escribir comerciales, ya que ella fue la que probó en público la calidad de esta herramienta, con la que empezó las labores de escritura.
El origen del concepto de secretaria tiene como fundamento la palabra secreto y esta figura su relación con la lealtad de estas personas hacia la empresas y sus directivos, por lo que, desempeñan un cargo crucial, que va más allá de las funciones como archivar, contestar el teléfono, llevar la agenda del o la jefe y escribir cartas.
En la misma historia hay casos de secretarias que fueron más allá de su rol, por lo cual hay relatos de algunas de ellas que son un ejemplo hasta el día de hoy.
Bette Claire McMurray nació en Dallas en 1924 y durante su juventud estuvo en el mundo artístico, en el que esculpía y pintaba con óleo. Fue después que tuvo que dejar las artes y aplicó para trabajar como secretaria ejecutiva en el Texas Bank and Trust. McMurray tenía varios errores de ortografía, por lo que solía frustrarse y fue en ese entonces que ella decidió crear Liquid Paper, hoy famoso corrector, empezó a vendérselo a sus colegas con el nombre ‘Mistake Out’, para luego negociar su empresa en US$47 millones.
Viola Turner nació en los años de segregación de las minorías negras en Estados Unidos, en Georgia. Creció en una familia de padres humildes, logró cambiar la estrategia de inversión de la North Carolina Mutual Insurance, Ncmi, sugirió concentrarse en la cartera de hipotecas y bonos públicos de la aseguradora cuando trabajó como secretaria. Turner fue asumiendo responsabilidades hasta lograr voz propia con su éxito en la gestión de hipotecas y deuda pública, para así convertirse en tesorera.
Freda Kelly fue la secretaria de una de las bandas más reconocidas a nivel global, The Beatles. Conoció al manager en uno de sus toques en Liverpool y desde entonces tuvo las funciones de manejar la vida personal de los atritas, con el fin de conectarlos con sus familias mientras estaban de gira. Pero Kelly no solo quería ubicar espacios en la agenda, creó un sistema de distribución de música que le generó ganancias al grupo, un sistema de marketing que varias disqueras copiaron.
Valerie Hemingway era cuñada del famoso escritor Ernest Hemingway y, además, fue su secretaria desde que tenía 19 años. Ambos se conocieron en Madrid mientras ella trabaja en un portal de noticias belga y fue allí donde el escritor le ofreció trabajo como su secretaria. Las funciones que desempañaba era acompañar a sus eventos, contestar y transcribir sus manuscritos. Pero tras la muerte del novelista, ella encontró obras como ‘El viejo y el mar’ y se encargó de recopilarla y organizarla para su publicación.
Considerada como la primera secretaria de la historia, Lilian Sholes fue la primera persona en utilizar una máquina de escribir comercial, debido a que uno de los inventores, Christopher Sholes, era su padre. Ella empezó esta escritura en público, con una mayor velocidad de redacción para la época, ya que los copistas escribían a mano y de manera lenta, por lo que incorporar la máquina al ámbito corporativo permitía almacenar gran cantidad de documentos con agilidad y de fácil lectura para quien los tuviera que revisar.
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