La solución para Chipre resultó novedosa

Al final de tanta angustia con la posibilidad de un rescate financiero para Chipre, éste se logró, aunque en detrimento del capital de los ahorradores de su sistema financiero y del tradicional buen estilo de vida de su población. A partir del rescate, que incluye un crédito por €10.000 millones, la historia del país tendrá un antes y un después del acuerdo.

Chipre es un país ubicado en el Mar Mediterráneo, en la isla del mismo nombre, pero que no domina por completo. Esto, a causa del sometimiento turco de la parte norte de la misma y actual control del territorio. Pero también por la presencia británica a través de sendos enclaves y bases militares, tanto al sur como al sureste de la isla. También la Organización de las Naciones Unidas tiene presencia y control sobre unas zonas neutrales (Buffer Zones) determinadas en 1974 mientras se desarrolló el conflicto entre turcos y griegos a lo largo y ancho del territorio chipriota. A ello se suma que el sur del país es administrado por Grecia. Se trata pues, de una autonomía bien relativa. Aunque se habla de un Estado soberano, la injerencia de múltiples actores foráneos es una constante.

En los últimos meses la economía chipriota entró en una profunda crisis que estuvo relacionada con los problemas globales de recesión y estancamiento generalizado evidenciados en Europa y en el mundo a partir de 2008. Si bien, al momento de ingresar a la Unión Europea (2004), el país pudo demostrar indicadores óptimos para acreditarlo (déficit inferior al 3% de su PIB y deuda por debajo de 60% del mismo), cuando formó parte de la Eurozona (2008) las circunstancias internacionales le fueron desfavorables. En sólo un año el panorama cambió dramáticamente. Para 2009 su tasa de crecimiento se detuvo, el déficit fiscal se elevó hasta 10% y los restantes indicadores de buena prospectiva se fueron abajo. Aumentó el desempleo, pues con la crisis financiera hubo sectores importantes de su economía que se resintieron directa y profundamente. Tal como sucedió con la construcción y el turismo, por ejemplo.

Una razón básica de por qué el país se vio sumido en la crisis que hoy posee está en el estrecho vínculo existente entre su sistema financiero y el griego. Como es conocido, Grecia solicitó y obtuvo un rescate de parte del Banco Central Europeo en 2010, a causa de su imposibilidad de sostener el déficit fiscal, muy superior a las cifras que la Unión Europea admite.

Así las cosas, a Chipre no le quedó más que apelar por el rescate. Ya Grecia, Irlanda, Portugal y España lo habían solicitado. Se le llegaba, entonces, el momento a Chipre. Sin embargo, este quinto rescate iría a contemplar algo realmente novedoso si se compara con los anteriores otorgados por la institucionalidad financiera internacional. Esta vez, el impacto se fue directo a los tenedores de bonos y de capitales superiores a €100.000. Es decir, las discusiones sobre el tema chipriota generaron consecuencias un tanto inesperadas, afectando directamente su condición de paraíso financiero. Quizá por primera vez desde la crisis de 2008, se va directamente a los fondos de las élites en procura de superar los problemas de una nación. No había pasado en ninguno de los casos anteriores, sólo pasará en la isla mediterránea, dado el acuerdo alcanzado dos días atrás.

Habrá una reestructuración financiera de tal manera que quien posea más de €100.000 en las cuentas bancarias, entrará a ceder entre 20% y 40% de su capital en favor del Estado. Eso, aunque injusto e inesperado, es novedoso para enfrentar los momentos críticos por los que hoy pasa Chipre. Seguramente esto generará reacciones negativas en los ahorradores y obligará un cambio en la manera de vivir a la que se había acostumbrado el ciudadano chipriota. De esta manera se ha puesto freno a una situación que mantuvo abierta la puerta al potencial colapso de la Eurozona. Pero, ¿cuándo se estabilizará el débil euro? ¿Cuándo dejará de repetirse esta historia? La incertidumbre no desaparece.