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A pesar de que la entidad de Wall Street, aunque mantiene a España "como uno de los países favoritos en la zona euro", ha decidido deshacer esa operación
Tras las mejoras del ráting de España, los analistas empiezan a inclinarse por la recogida de beneficios. Los analistas explican que las decisiones de las agencias de ráting son un "indicador tardío". Es decir, para cuando se producen mejoras o rebajas de la calificación de la deuda de un emisor, el mercado ya lo ha descontado en buena parte.
Bancos como JPMorgan o Barclays creen que algo así puede suceder ante las trayectorias divergentes que viven en las últimas semanas los ratings de España y Francia. S&P, Moody´s y Fitch han mejorado sus respectivas notas de España en apenas dos semanas. Casi en paralelo, Fitch y S&P han empeorado la calificación de Francia, y este viernes podría hacerlo Moody´s.
Dicho y hecho, varias de las entidades que más venían apostando por los bonos españoles frente a los franceses han decidido jugar a la contra tras las revisiones de la agencias. Barclays, que en mayo aconsejó deuda española a 10 años frente a la francesa al mismo vencimiento, ha cerrado este trade tras ampliarse la prima de los bonos galos sobre los españoles en 17 puntos básicos, hasta los 25 puntos. Ahora mismo, los títulos españoles rinden 3,11%, y los franceses 3,36%.
Los expertos de renta fija de JPMorgan, por su parte, llevan tiempo confiando en España y su último trade para aprovecharlo fue comprar US$58 millones de deuda española y vender 25 millones de bonos franceses y otros 25 millones de bonos alemanes.
Pero la entidad de Wall Street, aunque mantiene a España "como uno de los países favoritos en la zona euro", ha decidido deshacer esa operativa. "A corto plazo, vemos menos atractiva la exposición a España, especialmente tras el estrechamiento de su prima, el posicionamiento de consenso favorable y el elevado riesgo de potencial ruido sobre los aranceles estadounidenses y el gasto en la Otan".
Ante las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump a su homónimo español Pedro Sánchez, el inversor en bono español afronta un dilema con dos soluciones negativas. Si España invierte más en defensa, subirá su gasto público. Si no lo hace y Washington le castiga, puede impactar en la economía, lo que a su vez recortaría la recaudación de Hacienda.
Queda confiar en el Taco trade: que Trump no llegue a cumplir sus amenazas, bien porque se olvida o porque no puede implementar las tarifas individuales a un estado miembro de la UE.
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