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Lula da Silva, presidente de Brasil
Los inversores temen que, bajo el gobierno de Lula, las finanzas brasileñas sigan deteriorándose, con un impacto negativo en la moneda y la inflación
En una gran reunión del mercado financiero en São Paulo, la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 50% a Brasil apenas se registra como una preocupación económica principal. Lo que realmente inquieta a los gestores de fondos son las consecuencias políticas: la tormenta más amplia desatada por el presidente estadounidense antes de las elecciones del próximo año.
Desde que Trump lanzó la amenaza el 9 de julio en represalia por lo que llamó una “caza de brujas” contra Jair Bolsonaro, su aliado conservador en Brasil, el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva ha visto un aumento en su popularidad que está fortaleciendo su candidatura a la reelección.
Mientras tanto, los aliados de Bolsonaro han tenido dificultades para montar una respuesta cohesiva y persuasiva.
“El impacto macroeconómico es pequeño y los riesgos microeconómicos ya están descontados”, dijo Ruy Alves, socio y gerente de Kinea Investimentos, en una entrevista el viernes en el marco del evento organizado por XP Inc.
Los inversores temen que, bajo el gobierno de Lula, las finanzas brasileñas sigan deteriorándose, con un impacto negativo en la moneda y la inflación. Esto obligaría al banco central a mantener una política monetaria muy restrictiva, creando un círculo vicioso que eventualmente afectaría el crecimiento.
“El impacto político podría ser considerable y podría afectar el tipo de cambio”, declaró Rodrigo Azevedo, codirector de inversiones de Ibiuna Investimentos, en el mismo evento.
Hasta el momento, el real ha evitado una fuerte caída, ya que las tasas de interés locales de dos dígitos aumentan el atractivo de la moneda brasileña frente a un dólar que se debilita a nivel mundial. Aun así, se ha depreciado alrededor del 2% desde la amenaza de Trump.
La mayoría de esas pérdidas se produjeron el viernes después de que Bloomberg News informara que la administración de Trump está buscando una nueva base legal para imponer aranceles a Brasil, dado que el país tiene un déficit comercial con Estados Unidos.
El hecho de que la economía brasileña sea relativamente cerrada limita el impacto que sufrirá de los aranceles, según los economistas presentes en el evento. XP estima que una tasa del 50% no reduciría más de medio punto porcentual el crecimiento de Brasil en 2026.
Algunas empresas brasileñas podrían sufrir un duro golpe, pero esto ya está ampliamente descontado por los mercados, según Alves, de Kinea. El caso más destacado es el del fabricante de aeronaves Embraer SA, cuyas acciones se han desplomado casi un 20% desde la amenaza arancelaria.
Sin embargo, el veterano inversor Luis Stuhlberger se mostró más escéptico respecto del efecto político positivo que los aranceles estadounidenses puedan tener para Lula en el largo plazo.
“Esto es solo una ganancia pasajera”, dijo al público. “Las empresas quebrarán, habrá despidos, habrá impagos silenciosos, huelgas en la agroindustria, huelgas de camioneros. La culpa recaerá sobre el gobierno”.
El evento, organizado por el Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas, se desarrollará en marzo de 2026 en Campo Grande
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