George Simion, líder de extrema derecha rumano gana las elecciones en primera vuelta

Un líder de la oposición rumana de extrema derecha que se alió con Donald Trump consiguió una victoria en la primera vuelta de una segunda elección presidencial, asestando un golpe al establishment gobernante de la nación del Mar Negro en medio de la indignación por la persistente corrupción y pobreza.

George Simion, del partido ultranacionalista Alianza para la Unión de Rumanos, obtuvo 40,2% de los votos, según informó la autoridad electoral rumana el domingo, con 88% de los centros de votación escrutados.

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El exlíder del partido liberal Crin Antonescu, respaldado por los partidos mayoritarios, obtuvo 21,2% de los votos, mientras que el alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, obtuvo 19%; sin embargo, con los votos en las zonas urbanas y la diáspora rumana aún por escrutar, los resultados finales aún se desconocen.

La contienda fue el segundo intento de elegir presidente tras la sorpresiva victoria de un candidato marginal de extrema derecha el año pasado, que provocó acusaciones de interferencia del Kremlin y la anulación de la votación por parte del Tribunal Supremo.

La inesperada victoria en primera vuelta en noviembre de Calin Georgescu, a quien se le ha prohibido presentarse a las elecciones del domingo, desencadenó la mayor crisis política de Rumanía desde la caída del comunismo.

Simion atribuyó este giro contra el sistema a la pobreza persistente que ha obligado a millones de rumanos a abandonar el país en busca de trabajo. Afirmó que también se benefició de la falta de firmeza del gobierno actual a la hora de proteger los intereses de Rumanía en la Unión Europea y más allá.

“Una de las razones por las que el gobierno y el establishment no cuentan con apoyo aquí en Rumanía es que no tuvieron la suficiente influencia dentro de la UE”, declaró Simion en una entrevista en su oficina de Bucarest poco antes del cierre de las urnas. “Hicieron lo que los demás querían, lo que querían las grandes potencias”.

Pero hay mucho en juego: los rumanos deben decidir si el país mantiene el rumbo transatlántico fiable que ha seguido durante las tres décadas y media desde el colapso del régimen de Nicolae Ceausescu o recurre a fuerzas antisistema que han desafiado el orden liberal de la UE.

Aunque la mayoría de las encuestas predijeron una victoria de Simion, indicaron que podría enfrentar una resistencia más dura en la segunda vuelta contra Antonescu o Dan, quienes estarían en posición de consolidar potencialmente el apoyo de los votantes que desean mantener el camino de integración de Rumania con el resto de Europa.

Dan expresó su confianza en que los votos de los rumanos en el extranjero le darían una ventaja. Una derrota de Antonescu, quien contaba con el respaldo de la coalición del primer ministro Marcel Ciolacu, podría suponer un duro golpe para el gobierno.

Lealtad a Trump

El presidente Donald Trump, cuya administración mostró un gran interés por la política rumana en medio de las protestas por la anulación del referéndum, se cernía sobre la contienda.

Un jefe de Estado ultranacionalista, que representaría a Rumanía en las cumbres de la Unión Europea y la Otan, podría sumarse a las fuerzas de extrema derecha en toda la UE que están desgarrando las instituciones liberales del bloque.

En declaraciones a la prensa el domingo por la mañana, Simion afirmó ser partidario del movimiento de Trump y lanzó una serie de acusaciones sobre presuntas irregularidades en la votación, incluyendo millones de muertos en el censo electoral, y acusó a varios medios de difusión de mentiras. No presentó ninguna prueba que respaldara sus afirmaciones.

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El máximo tribunal del país anuló la votación del año pasado y ordenó su repetición por sospechas de interferencia rusa en la campaña de Georgescu. La decisión judicial, que Simion calificó de "golpe de estado", ha sido criticada por grupos de extrema derecha, así como por aliados de Trump.

El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, la citó como un ejemplo de retroceso democrático y presunta discriminación contra políticos de extrema derecha en un discurso pronunciado en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero.

En un mensaje publicado en la cuenta de Facebook de la Embajada de Estados Unidos en Bucarest esta semana, Vance instó a Rumania a garantizar que "se escuche la voz del pueblo, ya que es la base sagrada de la democracia".

Aun así, un alto funcionario estadounidense, el vicepresidente de la Comisión Federal Electoral, James “Trey” Trainor, advirtió sobre la intromisión externa en la democracia rumana. Trainor, miembro de una delegación de alto nivel de Washington, declaró el sábado que era “muy evidente” que las elecciones del año pasado fueron manipuladas.

Simion ha declarado que su partido, la AUR, considera a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, una aliada europea. La líder de extrema derecha ha prometido suspender la asistencia a Ucrania; sin embargo, a diferencia de Georgescu, quien ha elogiado a Vladimir Putin, Simion ha denunciado al presidente ruso como un criminal de guerra.

Rumania es el país de la UE que comparte la frontera terrestre más larga con Ucrania y ha ayudado a facilitar millones de exportaciones de granos de la nación devastada por la guerra a través de sus puertos del Mar Negro.

El presidente de Rumanía no es una figura decorativa como los jefes de Estado de otros países europeos. Elegido para un mandato de cinco años, representa al país en las reuniones de la UE y la OTAN y es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, aunque el primer ministro lidera el gobierno.